El arte es esfuerzo, trabajo, dedicación… pero también disfrute. Y una ciudad debe diseñarse, no solo para atender las necesidades de sus vecinos, sino para ser disfrutada. Vivida, dice Alberto Estébanez, quien aplica su propia filosofía de vida (y arte) al concepto de ciudad y ... apuesta por «humanizar» Burgos «para que se pueda disfrutar de la cultura, del arte y del ocio», creando puntos de encuentro para todos los ciudadanos.
Poniéndose en la piel de un acalde de Burgos, la propuesta directa y también la más impopular del coreógrafo y director del Ballet Contemporáneo de Burgos pasa por liberar a la ciudad de los coches. Habría que ampliar un kilómetro el espacio considerado como 'centro', acotando una superficie mayor de la que se sacase al vehículo privado y se dejase únicamente el transporte público, el tráfico de residentes y de servicios.
También plantea fórmulas de transporte más calmadas, como el tranvía, los vehículos ligeros o eléctricos, pero siempre defendiendo que la ciudad es para los humanos, no para los vehículos. De ahí la idea de «humanizarla» para que «podamos vivirla y sentirla», no solo con la creación artística, sino también con la cultura y el patrimonio, siendo referentes nacionales.
Y todo ello sin olvidar la deuda pendiente con los jóvenes, a los que les faltan espacios de ocio. Alberto Estébanez lamenta que toda la política joven se haya centrado en la lucha contra al botellón, perdiendo recursos y esfuerzos, en lugar de apostar por concienciar en el consumo responsable de alcohol y ofrecer alternativas de ocio saludables y asequibles.
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