Secciones
Servicios
Destacamos
Cada uno vive la Navidad como quiere o como puede. Una voluntaria de Cáritas Burgos reconocía que este año lo iba a pasar peor porque una persona en situación de sin hogar, que se encuentra dentro del programa de Cáritas en Burgos, iba a volver ... a pasar la Navidad sin hogar, por una recaída, tras haber conseguido salir de esa situación.
«No podemos llegar a todo ni tenemos la responsabilidad», explica David Polo, educador social que lleva desde 2008 trabajando en Cáritas con este programa de atención al sinhogarismo. «Vemos situaciones duras, grave exclusión social, a veces hemos visto incluso la muerte en la calle. Esta puede ser la más alta expresión de la frustración humana, no poder ayudar o no estar en el momento oportuno, pero yo me sigo sorprendiendo, me sigo preguntando si es posible esto en una sociedad avanzada, del siglo XXI, democrática, donde defendemos los derechos humanos. Es muy complejo», explica.
Y es cuando se acercan las fechas navideñas, cuando parece aumentar el interés por las causas sociales, pero esto, como advierte Polo, da lugar al paternalismo con las personas sin hogar. «Nos preocupa si en Nochebuena pasarán frío o cómo será su comida de Navidad, pero los derechos humanos van más allá, son todos los días», recalca este educador social de Cáritas.
Este hombre que pasará la Navidad sin hogar en Burgos no estará en la calle, ni en estos días ni el resto del año. Desde hace décadas funciona un servicio en Burgos, gestionado por Cáritas, que se encarga de dignificar su situación.
De las 40 plazas con las que cuenta el albergue hogar de Cáritas en Burgos ahora mismo están ocupadas entre 32 y 35. Se mantienen libres entre cinco y diez para las personas de paso. Además de atender a las personas en situación de sin hogar de Burgos, «hay que mantener un número mínimo de plazas para que las personas que están de paso por la ciudad tengan esta oportunidad y servicio».
Noticias relacionadas
Además de estas plazas, el albergue hogar cuenta con la unidad de mínima exigencia que tiene otras ocho plazas más. A las que se añaden ocho plazas más en el centro de acogida San Vicente de Paul. Estas se reservan a procesos más especiales y gestiona el centro la congregación de las Hijas de la Caridad. «Mantenemos muy buena colaboración con ellas», reconoce este educador social. A todo ello se suman otras cuatro viviendas sociales: dos para familias en situación de sin hogar, otra para mujeres y una más para hombres.
El albergue para personas en situación de sin hogar es muy diferente a la imagen que podemos tener de un albergue, de una sala con literas. Ahora es un edificio moderno, con habitaciones con dos camas y un baño, una sala común, otras salas para desayunos. Un espacio limpio, donde la limpieza también es responsabilidad de los huéspedes. Allí, en sus habitaciones, pueden dejar sus pertenencias, pero también se les exige el cumplimiento de unas normas. Todo ello se ha ido aprendiendo con el tiempo, el albergue hogar lleva décadas funcionando.
«Hemos ido aprendiendo y mejorando, hemos puesto el foco en la dignificación de los espacios, en acompañar, en la atención a la mujer y a la diversidad. Hemos aprendido y como resultado tenemos un albergue con una buena arquitectura, con habitaciones dignas y otros espacios donde poder estar viendo la tele o leyendo», explica Polo.
Durante el día pueden quedarse en las salas con las que cuenta el albergue o, quien lo desee, puede salir a la calle. En la casa de acogida San Vicente de Paul también se acoge a estas personas de 9 de la mañana a 9 de la noche. «Ahí comen, tienen un café, una cena, wifi, prensa, un salón con sofás. Tienen donde estar y no tienen que estar por la calle si ellos no quieren», asegura David Polo.
El albergue es más que un lugar para dormir. Dentro del programa de atención a personas sin hogar que Cáritas desarrolla en toda la provincia existen varios proyectos para trabajar la integración, la animación comunitaria, acompañar a presos que no tienen red social en la salida o tratar con las personas en situación de calle cronificada a través de café-calor. «Con estos programas buscamos empoderar», explica Polo.
Y todo ello funciona dentro de la misma red que gestiona el albergue. «Siempre trabajamos en coordinación con el ayuntamiento y las Hijas de la Caridad. Tratamos así de posibilitar la mayor cobertura y los mayores espacios confortables». Por ejemplo, las personas que conocen el circuito, que es como denominan a aquellas personas en situación de sin hogar, que saben cómo funcionan los albergues, se presentan en la oficina en el horario de acogida, por la mañana o por la tarde, e informan de que desean quedarse. Además de la posibilidad de alojamiento se ofrece asesoramiento e información, manutención, comida e higiene. También se puede acudir al albergue antes de las 10 de la noche o se puede acceder por otras vías. Ahí está la colaboración.
En Burgos existe el servicio de urgencia social, cuando cierran los CEAS y los Servicios Sociales, Burgos cuenta con este servicio coordinado con Policía Local. Estos acompañan a las personas que lo necesitan o que se encuentran en la calle hasta el albergue, o el recurso que se estime necesario.
Antes de la pandemia de la covid-19 mantenían más plazas libres para las personas de paso, pero Polo reconoce que, en la actualidad, «hay menos plazas porque está cambiando el perfil y ya hablamos de un cambio estructural». Se ha apreciado que baja el transeuntismo tradicional y el temporal. El perfil ha pasado a ser el de personas que necesitan mayor acompañamiento en todos los aspectos.
Acabar en el sinhogarismo es fácil. «Puedes sufrir una situación estresante, no tener una red social adecuada, no tener las habilidades ni las capacidades internas desarrolladas. Todo esto pega un golpe y se traduce en vivir exclusión social hasta llegar al sinhogarismo», explica David Polo. Al albergue hogar social también pueden llegar las personas derivadas desde los servicios sociales de Burgos, como los CEAS o trabajadores sociales del Sacyl.
Burgos es una ciudad muy fría, además llegan las navidades, fechas delicadas, pero el aumento de gente no se aprecia excesivamente en la ocupación del albergue, como confirma este educador social. El frío aleja a algunas personas de paso de Burgos. Las que están en una situación cronificada y que están en la calle en verano también permanecen en la calle en Burgos en invierno. «Para eso abrimos la unidad de mínima exigencia. No es para dar cobertura a las personas de paso. La unidad de mínima exigencia está orientada para las situaciones cronificadas, arraigadas en la ciudad, que conocemos y tratamos», explica Polo.
El servicio del albergue de Cáritas permite la autonomía de la persona, es un servicio asistencial lejos del paternalismo y la tutela. Ofrecen asistencia para cubrir las necesidades de la vida. «El albergue ya de por sí es de mínima exigencia y la unidad de mínima exigencia se puede presuponer por el nombre. Pero sí hay exigencias inamovibles: el respeto a uno mismo y a los demás. Aquí pueden venir con síntomas de consumo, pero los consumos los tienen que dejar fuera. Pueden venir con síntomas de consumo porque no están en el momento de poder cambiar, por el grado de enfermedad, por pocas capacidades internas, por la falta de ayuda… y es mejor que estén aquí dentro», explica Polo.
Además, puede haber personas que no quieran acudir al albergue, «también hay quien te verbalice una cosa y haga otra. Esa incongruencia viene determinada por factores complejos. Adicciones es lo más significativo, sobre todo vemos lo que es la patología dual: enfermedad mental junto con una adicción. Sí puede haber personas que son reticentes al albergue, pero hay que comprenderlo, no hay que optar por los comentarios simplistas. Es más complejo que eso y hay que ser oferta permanente. Para eso está el café-calor o la unidad de mínima exigencia. Hay personas que durante cinco años no han querido venir y el sexto año han sufrido un cambio. No quiero pintarlo tampoco todo bonito porque hay personas que no llegan a ese punto y acaban muriendo en la calle, por supuesto», relata Polo.
La unidad de mínima exigencia, con capacidad para ocho personas, tiene a unas siete desde que abrió. «Compaginamos muy bien el derecho a la libertad humana con los condicionantes que esa libertad pueda tener», asegura.
En estas fechas más de reuniones familiares, más sentimentales, se aprecian diferentes posturas entre los usuarios del albergue. Algunos las pasan ignorándolas, pero en otros hay más factores psicológicos, personales. A personas con problemas depresivos o de consumo estas fechas les remueven, les trastocan. «Como a todos, les puede salir la felicidad, las ganas de estar con la familia o lo contrario, la aversión a este entorno y las frustraciones o deseos depresivos», explica David Polo.
Por ello, como en estas fechas puede haber más conflictos, los trabajadores del albergue intentan buscar los equilibrios y atender esas situaciones en momentos determinados, contener emocionalmente, posibilitar lo más cercano a una familia. Pero, además, desde Cáritas animan a estas personas en situación de sin hogar a tener participación en la comunidad. «En el comedor en Navidad o en Nochevieja intentamos generar ese sentimiento como el de cualquier familia, pero también permitimos la soledad deseada», apunta David Polo.
El equipo lo forman tres educadores sociales y los monitores nocturnos. En la unidad de mínima exigencia también hay monitores cubriendo los seis meses que esta permanece abierta de mayo a noviembre.
La responsabilidad de los albergues sociales es de las entidades municipales, en este caso el Ayuntamiento tiene un convenio con Cáritas que es quien lo gestiona desde hace décadas. «Ahora hay que seguir luchando por los derechos de estas personas y porque la administración pública también posibilite en tiempo y forma espacios a las personas que acompañamos aquí dentro», pide este educador social.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.