Belén Viloria
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Belén Viloria
La sostenibilidad no es una moda, ahora también es una forma de que la cuenta de resultados de la empresa crezca. La financiación verde es más accesible para aquellas compañías que tienen especial sensibilidad con los criterios ESG. Pero hay que serlo de verdad. «No ... vale con quedarse haciendo informes de sostenibilidad», advierte Belén Viloria, directora ejecutiva del movimiento B Corp en España. Este movimiento busca lograr un mundo más sostenible a través de una transformación del modelo económico impulsado por las empresas. «Tiene réditos», apunta. Estas compañías tienen un 30% de crecimiento medio anual de los ingresos con respecto a las no pertenecientes al movimiento. ¿La clave? «Un cambio importante de toda la empresa», responde Viloria.
- Mucha gente quizá no lo conoce, ¿qué es el movimiento B Corp?
-Es un movimiento principalmente de empresas, pero no solo de ellas porque lo que hacemos es utilizar la fuerza de las empresas como motor para impulsar el cambio de modelo económico con un impacto positivo social, ambiental y con un nivel de gobernanza y transparencia absoluto. El beneficio de todo esto tiene que ser para las personas y para el planeta. Desde hace varios años ya se está hablando de que el accionista no puede ser el único beneficiado y beneficiario de las empresas, sino que tienen que ser realmente todas las personas y el planeta.
-¿En los últimos años han notado un cambio de mentalidad en el mundo empresarial?
-Sin duda. Este movimiento existe desde el 2006 y en España desde 2008. En nuestro país tenemos 250 empresas B Corp y 100 en camino. El cambio es muy fuerte, porque al principio había que explicar qué era todo esto y ahora ya se conoce qué es y qué es ese concepto de sostenibilidad. El músculo en España es todavía pequeño, somos 250 empresas que es un número discreto, pero estamos viendo un cambio sistémico. Es un convencimiento puro y real, porque quien se adhiere a este movimiento son empresas que cumplen unos estándares y realmente se transforman pero porque lo quieren y apuestan por ello.
-¿Cuáles son esos estándares? ¿Qué tienen que hacer?
-Tienen que cumplir tres áreas muy concretas: social, medioambiental y gobernanza. Son una serie de 300 criterios en estos tres campos y, además, tienen que hacer cambios en sus estatutos para ver que de verdad se comprometen no solo con sus accionistas, sino también con las comunidades donde operan, con sus trabajadores y con el planeta. Esto no va de hacer un informe de sostenibilidad y decir que cumplo con los puntos establecidos. Aquí te comprometes con hacer una serie de cambios y un verificador certifica que se cumple.
-¿Esos estándares son iguales para, por ejemplo, una grande del Ibex y para una pyme?
-Se adaptan los criterios e incluso se ajustan dependiendo del sector. De hecho, hay algunas vetadas por su propia idiosincrasia, ya que no tienen propósito social o medioambiental.
-¿Por ejemplo?
-Podría ser el sector armamentístico. No obstante hay sectores que en esta última década han ido evolucionando y se pueden transformar. Ayudamos en todo el proceso de verificado y cuando lo consiguen seguimos un proceso de mejora continua para lograr la transformación.
-¿En estos 10 años en España han tenido algún socio que haya habido que expulsarle del movimiento?
-Cada tres años se tienen que recertificar y sí que hemos observado que hay algunos, pero es mínimo y ocurre tanto en España como en el resto del mundo. El nivel de caída es menos del 4%. Que eso es. Eso es un síntoma de que realmente no es que lo es, es de verdad. O sea, no es.
-No hay ni greenwashing ni ecopostureo...
-No, porque no llegarían a cumplir con los criterios para certificarse y se quedarían haciendo informes de sostenibilidad. Este año, de media, las B Corp que se recertifican mejoran su puntuación y, de hecho, Hoteles Artiem, empresa española, ha logrado la mejor certificación de Europa.
-¿Somos alumnos aventajados con nuestros vecinos o estamos igual?
-Estamos alineados, no hay una cifra significativa. Además, en breve vamos a eliminar esa parte de puntuación para conceptos y añadir nuevos criterios para entender mejor a las empresas y realmente comprobar cuáles son las mejores palancas para la transformación.
-¿En esa actualización se van a 'apretar' los requisitos sobre gestión y uso del agua?
-Ya está apretado. Tenemos una sección precisamente para medir el impacto de la gestión y la conservación del agua. Vigilamos el aprovechamiento del agua, la reducción de su consumo y la circularidad. Tienen bastante trabajo y mucho por hacer, luego hay otras industrias como las que tienen relación con el agua embotellada. Estas para conseguir la certificación tienen que superar otras cuestiones adicionales como el uso y la extracción sostenible, los derechos de acceso, una remuneración justa y una gestión del ciclo de vida de los envases y desechos, por ejemplo.
-Hay una pregunta que suelo lanzar siempre a los responsables de sostenibilidad de las empresas, ¿qué es más complicado de gestionar el medioambiente, lo social o la gobernanza?
-En España, la parte medioambiental, comparada con otros países, está bastante mejor. La parte social y la gobernanza todavía se tienen que trabajar bastante.
-¿Qué es lo que más os preocupa?
-Una es la gestión y la medición del impacto en sostenibilidad del tejido empresarial. Tenemos una herramienta gratuita que permite evaluar y verificar su impacto. Así cualquier compañía puede saber en qué estado está y se trabaje con rigurosidad, sean o no B Corp. El otro punto es la parte legislativa y el reconocimiento de la figura jurídica de las empresas con propósito. Hasta el momento hemos conseguido que en la Ley «Crea y Crece» se incorporara y reconociera esto, pero todavía no hay reglamento que establezcan los requisitos que tienen que tener estas compañías y no sea un coladero. Es uno de los objetivos que tenemos para este año.
-Las empresas son una pata, pero qué hay de la sociedad, del tercer sector…
-La clave es la colaboración, pero se dice que se hace mucho pero luego, realmente, es menos de lo que se dice. Desde hace unos años lo que buscamos es movilizar y unir fuerzas, tanto por parte de las empresas como también por parte de de la ciudadanía, para demostrar que a base de pequeñas acciones se pueden generar grandes cambios. Tenemos cinco comunidades B en España y este año lanzamos la primera ciudad +B que es Barcelona donde todos los stakeholders (empresas, ciudadanos y gobernantes) trabajan por una ciudad transformadora.
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