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Pantano de Aracena. Archivo
Por qué la sequía puede ser un problema para el futuro del hidrógeno verde en España

Por qué la sequía puede ser un problema para el futuro del hidrógeno verde en España

ODS 7 | Energía asequible y no contaminante ·

La Agencia Internacional de las Energías Renovables pide a los países que eviten zonas con poca disponibilidad de agua para evitar una lucha por el consumo del líquido elemento

Miércoles, 6 de marzo 2024, 08:06

«Tenemos que hacer de España un referente global en la descarbonización a partir del hidrógeno renovable». Estas son palabras de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, el pasado mes de febrero en la Feria Genera celebrada en Madrid. Una apuesta de país en la que ... Moncloa busca liderar la generación de este vector energético y copar más de la quinta parte de la producción europea de hidrógeno verde en 2030. «A diferencia de otros sitios, aquí partimos de cero absoluto», señala Miguel A. Peña, secretario de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2). «Estamos en una carrera en la que el nivel de partida es muy bajo y podemos tener muchos tropezones», apunta.

Uno de ellos puede ser la falta de materia prima para la generación de este vector energético. El agua es uno de los elementos esenciales y «más del 35% de la capacidad mundial de producción de hidrógeno verde y azul (en funcionamiento y prevista) se encuentra en regiones con gran escasez de agua», advertía el año pasado la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena por sus siglas en inglés) en el informe 'Agua para la producción de hidrógeno'.

En España, según ese texto, 71 proyectos están situados en zonas con escasez de agua. «En la actualidad, se usan entre 9 y 10 litros de agua para conseguir un kilo de hidrógeno», explica Rafael Cossent, director de la Cátedra de Hidrógeno de la Universidad Pontificia Comillas. Aunque, la cantidad del líquido elemento puede ser más, aseguran ambos expertos. Según varios estudios, teniendo en cuenta las pérdidas, «puede subir a 12 o 14 litros», ajusta este experto. Aunque, la agencia para las energías renovables los eleva hasta los 17,5 litros.

El hidrógeno es uno de los elementos químicos más abundantes en el planeta y también es uno de los más ligeros, un inconveniente importante ya que no es posible encontrarlo de manera independiente en la Tierra. La forma más habitual es el agua. Estos dos átomos de hidrógeno combinados con el de oxígeno proporcionan el líquido elemento, pero también constituyen la clave del desarrollo de la industria y tecnología asociada al hidrógeno.

Al hablar de agua, hidrógeno y energía es sinónimo de electrólisis. Mediante la aplicación de electricidad se rompe la molécula de agua y los átomos de hidrógeno y oxígeno se separan. Este es el proceso del hidrógeno verde, siempre que la energía provenga de una fuente renovable. No obstante, existen otros métodos de obtención de hidrógeno, siendo los más habituales los que utilizan combustibles fósiles y biomasa.

«Nuestro análisis arroja luz sobre un aspecto que a menudo se pasa por alto del papel del hidrógeno en la transición energética: el impacto en el agua de la producción de hidrógeno limpio», señaló Ute Collier, director en funciones del Centro de Conocimiento, Políticas y Finanzas de Irena en el informe 'Agua para la producción de hidrógeno'. «Algunas formas de producción de hidrógeno que intentan abordar las emisiones de gases de efecto invernadero en realidad aumentan el riesgo de estrés hídrico a nivel local, reforzando el hecho de que el hidrógeno es la mejor opción para ayudar a alcanzar el objetivo climático mundial de 1,5 grados», añadió.

¿Más competencia?

A la fecha de cierre de este artículo, los embalses españoles están a la mitad de su capacidad que traducido a hectómetros cúbicos son 30.673. Aunque algunas cuencas apenas llegan al 15% de su total. «En 2050 y suponiendo que la producción energética sea como ahora necesitaríamos al día unos 500 millones de litros de agua (0,005 hm3)», apunta Peña. «¿Sabes cuánta agua se pierde al día?», se pregunta. «Es importante mirar las cantidades y ver cuánto hidrógeno se va a producir», acota Cossent.

Los cálculos de Irena, suponiendo que el mundo utilice más de 70EJ (exajulios) de hidrógeno electrolítico para 2050, el consumo de agua será de aproximadamente 25 bcm (millardos de metros cúbicos). Eso es relativamente pequeño en comparación con la cifra global de 2800 bcm para la agricultura (el mayor consumidor), 800 bcm para usos industriales y 470 bcm para usos municipales. Equivaldría a un país desarrollado con 62 millones de habitantes (400 m3/cápita).

En este sentido, este organismo internacional recomienda la evaluación cuidadosa en los planes de desarrollo de la producción de hidrógeno, sobre todo en las regiones con escasez de agua, donde deben establecerse y aplicarse normas estrictas de uso del agua para el sector. Y, sobre todo, priorizar la generación de hidrógeno con fuentes renovables, ya que es más eficiente y tiene un menor consumo que el resto de fuentes de producción de este vector energético. En este sentido, «es importante incentivar el uso de agua de mar para la producción de hidrógeno y los procesos de refrigeración y, al mismo tiempo, mitigar la contaminación térmica y gestionar la salmuera», indica.

Sin embargo, la tecnología aún no está preparada para trasladar el agua salada a los electrolizadores. «Estamos investigando, pero aún queda mucho por hacer», explica el secretario general de la Asociación Española del Hidrógeno. «Por el momento, esta se tiene que desalar y desmineralizar para no dañar la tecnología», apostilla Cossent. Un proceso previo que también se puede hacer con las aguas residuales, señala el director de la Cátedra de hidrógeno de la Universidad Pontificia Comillas.

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