Secciones
Servicios
Destacamos
A un lado las vías del tren y al otro las autovías C-58 y C-33 de entrada a Barcelona. Estas son las fronteras de Vallbona, uno de los trece barrios del Distrito Nou Barris, al norte de la capital catalana. Apenas 0,59 ... kilómetros cuadrados que guarda uno de los últimos reductos rurales de la ciudad condal. Mucho antes de que llegaran estas 'barreras' artificiales al 'barri', el río Besòs hacía lo propio de manera natural y, además, dotaba a estas tierras de una fertilidad única que, aún 'riega' uno de los últimos huertos urbanos de la zona, la Ponderosa. «Es la ventana al campo de Barcelona», señala Álvaro Porro, comisionado de economía social, desarrollo local y política alimentaria del Ayuntamiento de Barcelona
El último reducto de las 1.000 hectáreas, sólo quedan 8, del Rec Comtal, que trae el agua de los pozos de Montcada que sacan el líquido elemento del acuífero del Besòs. «Las huertas siempre han estado disponibles gracias a un payés conocido como el señor Juan», recuerda Porro.
Juan Ortuño, así se llamaba este payés, comenzó a trabajar estas tierras a mediados del S.XX, allí entró como peón y así las siguió labrando y trabajando hasta noviembre de 2019 cuando una nota daba la noticia: «No he muerto, solo me fui antes». Con esa frase se cerraba la tienda que sobrevivía a 20 carriles de autopistas y a mucho hormigón. Los pimientos, lechugas, garbanzos y tomates «ahora se venden en Barcelona y lo llevan sus hijos», responde el comisionado del Ayuntamiento de Barcelona.
La muerte del Señor Juan puso en peligro el futuro de 'La Ponderosa', no fue el único pero sí el último. «Ahora ya no está en riesgo», asegura Porro. El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido blindar la finca y «reconvertir en no urbanizable, un suelo urbanizable», explica el miembro del consistorio catalán.
Una intranquilidad con la que la familia Ortuño comenzó a vivir a finales de la primera década de los 2000. El hormigón avanzaba por Vallbona y el 'boom' urbanístico ganaba terreno. Los planes apuntaban a la creación de 2.000 nuevas viviendas, «era otra época de desarrollo urbanístico», destaca Porro. Pero llegó la gran crisis y el proyecto quedó guardado en los cajones consistoriales hasta ahora. «No es una zona recomendable para urbanizar y seguir con ello va en contra de nuestro modelo de ciudad», apunta.
Ahora, una década después de aquel plan, La Ponderosa vuelve a sus orígenes. «Por primera vez hacemos el proceso inverso y queremos que sea un espacio de referencia que conecte Barcelona con el sistema primario», detalla Porro. Este es el leitmotiv del Proyecto AgroVallbona.
Un trabajo que comienza este 2023 «y que durará muchos años», añade. Entre ellos conlleva soterrar las vías ferroviarias y proteger el patrimonio histórico de la zona como el Rec Comtal o la Granja del Ritz, que produjo fruta y verduras en otros tiempos. Además, el plan incluye mejoras para los ciudadanos y proyectos socioeducativos. «Queremos que sea un lugar de contacto con lo rural», comenta Porro. «Es un proyecto largo con muchas fases para poner a Vallbona en el mapa de la agroeconomía.
La hoja de ruta marca varias fases que llevarán los trabajos hasta 2027 o 2028, aunque el primer paso ya se ha conseguido y es evitar que el hormigón tape la ventana de Barcelona al campo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.