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La contaminación, especialmente la del aire, provoca cada año no menos de 60.000 ingresos en los hospitales españoles, en muchos casos de pacientes con patologías y cuadros clínicos de gravedad. Es la alerta que esta semana lanzó a los responsables sanitarios nacionales y autonómicos Julio Díaz, investigador del Instituto de Salud Carlos III y uno de los mayores expertos españoles e internacionales en los daños ocasionados a la salud por los tóxicos ambientales y en los efectos en la población del cambio climático.
Este científico utilizó una de las sesiones del congreso que celebra la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) para avisar a los responsables políticos de que no le están prestando ni la suficiente atención ni los medios adecuados a la enorme amenaza para la salud que es la contaminación. Indicó que mientras las olas de calor desencadenan en España unas 1.200 hospitalizaciones anuales y los episodios de frío intenso unas 5.000, la contaminación es responsable de diez veces más ingresos que ambas amenazas climáticas juntas.
Su mensaje a los políticos es que es muy posible que «estemos equivocando el foco» a la vista del enorme daño a la salud de la polución. «No deja de ser curioso que tengamos planes de prevención muy buenos para las olas de calor, pero no tengamos planes equivalentes para la contaminación. A lo mejor nos tenemos que plantear que tenemos que darle un impulso a la contaminación atmosférica», aseguró Díaz, que además tiene una clara legitimidad científica para lanzar esta propuesta, pues es uno de los principales asesores del Ministerio de Sanidad en el diseño de los planes anuales contra el calor y de los sistemas de alerta que les dan soporte, que desde hace dos décadas han salvado muchas vidas y están considerados un referente internacional.
Su compañera en el Instituto de Salud Carlos III y codirectora del Observatorio de Salud y Cambio Climático, la investigadora Cristina Linares, corroboró en el mismo foro que la contaminación del agua y sobre todo la del aire son dos de los principales problemas para la salud vinculados al cambio climático y que exigen tomar medidas para minimizar sus daños presentes y sobre todo futuros. La primera de las poluciones, comentó, es responsable del aumento de enfermedades gastrointestinales y la segunda de la escalada de los patologías respiratorias graves, entre otras.
Distintos estudios científicos estiman que las muertes derivadas de la contaminación en España, especialmente por la inhalación de dióxido de nitrógeno y de micropartículas PM2,5, procedentes de los tubos de escape y de la combustión doméstica e industrial de carbón, madera y combustibles fósiles, pueden oscilar entre las 10.000 y las más de 20.000, sin descartarse cifras superiores. Las lesiones que ocasionan no son solo patologías respiratorias y cáncer de pulmón. También están detrás de accidentes cardiovasculares, enfermedades neurológicas o partos prematuros, entre otros múltiples daños.
No obstante, ambos expertos indicaron que el cambio climático, con su variada gama de daños a la salud, hace imprescindible ya el diseño y puesta en marcha de más planes oficiales preventivos que los de calor o contaminación. Linares comentó que la elevación paulatina de las temperaturas está provocando la detección de casos locales de enfermedades tropicales, que hasta ahora solo eran importadas, por la proliferación en nuestra área mediterránea de vectores que las transmiten, como los mosquitos que contagian el dengue o el virus del Nilo, pero también al aumento de brotes de otras patologías importadas por el crecimiento de las llegadas de migrantes climáticos. La investigadora avisó de que un tema aún poco estudiado, pero que requeriría de trabajos monográficos, es el de los trastornos de la salud mental vinculados al cambio climático.
Julio Díaz insistió en la urgencia de nuevos planes de acción porque comentó que el gran problema de salud del calentamiento global no es tanto que suba o baje la temperatura como el fuerte ritmo al que lo hace. «A este ritmo es imposible que las especies se aclimaten. En España estamos sufriendo variaciones casi del cuádruple de lo que como especies podemos soportar». El investigador indicó que estos planes deberán tener en cuenta factores que multiplican los riesgos como son el ser pobre, la mala calidad de las edificaciones o la mayor exposición urbana a las elevaciones del calor.
Un tercer experto, Jesús de la Osa, del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, se unió a estas demandas e indicó que los planes preventivos frente a la contaminación y el cambio climático deben obligar a la reducción de las emisiones de tóxicos, focalizar sus programas en los colectivos más vulnerables y complementar y coordinar las actuaciones estatales con otras autonómicas y locales.
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