Majid Al-Suwaidi, director general de la COP28, enciende la cámara de su ordenador y saluda con un alegre: «Buenas tardes». Se nota su paso por Madrid durante los tres últimos años donde fue el Embajador de Emiratos Árabes Unidos en el Reino de España. « ... Disculpa, pero no he podido mejorar más mi castellano», responde antes de pasar al inglés. El pasado mes de septiembre, Al-Suwaidi hizo las maletas para abandonar nuestro país rumbo a Abu Dabi para formar parte del comité ejecutivo de la Conferencia de las Partes número 28 que se celebra a principios del mes de diciembre. Licenciado en geo-ciencia en Londres y especializado en ciencias de la tierra, el diplomático emiratí cuenta con amplia experiencia en el sector privado en compañías del sector petrolero como ExxonMobile o Zadco y también en el sector público. Es especialista en áreas de sostenibilidad y cambio climático desde 2012 y que le permitió ser uno de los negociadores del Acuerdo de París en 2015. Ahora, tiene por delante la tarea de que todo salga bien a finales de año en la cumbre de Dubái bajo la sombra del lobby petrolero y gasístico.
-Queda poco más de medio año para la celebración de la COP28 en su país, ¿qué espera de esta cumbre?
-Será una cumbre muy importante, porque hacemos el primer balance de los objetivos pactados a nivel nacional por cada una de las partes. Yo era uno de los negociadores jefe durante el Acuerdo de París y cuándo negociamos aquel acuerdo pusimos esta evaluación, creíamos que era importante evaluar si seguiríamos en el camino de alcanzar los objetivos en 2030.
-¿Y estamos en el camino?
-Por desgracia, actualmente, sabemos que no vamos camino de conseguirlo. Lo importante de la COP28 no será solo que hagamos un balance global, sino que digamos hacia dónde vamos y, sobre todo, cómo vamos en ese trayecto. Necesitamos resultados y ese va a ser nuestro objetivo. Tenemos que mejorar en mitigación, porque no hemos visto grandes progresos; hay que conseguir una reducción del 43% de las emisiones hasta 2030 y para ello necesitamos una guía clara de cómo hacerlo porque solo quedan 7 años para llegar a 2030. Por ello necesitamos a todos y tenemos que sentar a la mesa a todas las partes interesadas de la industria: los sectores hidroeléctricos, el petróleo, el gas… Hay que abordar cada parte por igual; con toda la energía y esfuerzo posibles para lograr esa reducción de emisiones. También hay que duplicar la financiación de la adaptación y ver cómo podemos mejorar la resiliencia en las comunidades más pobres. La clave está en la financiación, porque se prometieron en París 100.000 millones de dólares y nunca se han alcanzado, eso significa que tenemos que estudiar cómo reformar el sistema financiero para aportar el capital que necesitamos.
«Hablar con el sector del petróleo y el gas no va a ralentizar la descarbonización»
-Habla de sentar a la mesa a la industria de los combustibles fósiles, ¿esto no puede provocar que se ralentice la descarbonización al ser parte interesada?
-No creo que sea el caso. En cumbres anteriores, el sector del petróleo y del gas han estado presentes, aunque no de una forma muy visible. Nosotros lo que decimos es que necesitamos que todas las soluciones estén presentes. Estamos de acuerdo en que para poder mantener una conversación sobre la transformación del sector energético y llevar a cabo esa transición, necesitamos incluir a la industria de los combustibles fósiles. Hay que llegar a un punto en el futuro en el que el petróleo y el gas sean lo mínimo posible de la combinación energética. Pero mientras tanto, tenemos que desarrollar las energías renovables. En Emiratos Árabes Unidos estamos invirtiendo continuamente en energías renovables. En la actualidad, más del 70% de la economía de Emiratos no se basa en el petróleo, nos centramos en la diversificación hacia sectores críticos para el clima como las energías renovables, el hidrógeno, la agricultura climáticamente inteligente y la educación STEM, entre otros. Somos un país que está abrazando la transición energética y tenemos tres de los parques solares más grandes y de menor coste del mundo.
-Pero al mismo tiempo, están invirtiendo en energías renovables, pero la producción de Adnoc, la petrolera estatal emiratí, también sigue aumentando...
-Esto de lo que estamos hablando es más grande que una sola empresa. Sabemos que hay una transición energética que tiene que ocurrir, pero hay necesidades que están aquí hoy. Sabemos que tenemos que reemplazarlas con energías renovables, pero tienen que estar listas. Nuestro objetivo es intentar alcanzar el cero neto en 2050.
-Habla de que «cuando estén listas esas renovables», ¿no son una alternativa real actualmente?
-Cada país tiene diferentes capacidades en renovables y cada uno necesitará una combinación energética. En Emiratos, por ejemplo, tenemos energía solar, pero nuestros recursos eólicos aún están por desarrollar y nuestros recursos hidroeléctricos son mínimos. Tenemos que centrarnos en cómo conseguir esa combinación adecuada que produzca las emisiones más bajas y que nos permitan mantenernos por debajo del 1,5ºC. Sabemos que las energías renovables han avanzado mucho y en los EAU nos sentimos muy orgullosos de haber contribuido a ello. Las energías renovables compiten en el mercado, pero no hay duda de que no podemos apagar los combustibles fósiles hoy y cambiar. No tenemos la infraestructura ni las capacidades para que las renovables tomen completamente el relevo. Con el tiempo, a medida de que estas tecnologías maduren dependeremos menos de las tecnologías con altas emisiones de carbono.
«Los 1,5ºC son una obligación, es un mandato global y el de nuestra presidencia»
-Repite mucho el dato de 1,5ºC. ¿Se mantendrá como objetivo o cambiará ese discurso en la cumbre del clima?
-Hemos dejado muy claro que los 1,5ºC son el objetivo. Así que, por nuestra parte, tenemos que asegurarnos de que se realizan todos los esfuerzos necesarios para mantener la temperatura global por debajo y eso ha sido muy claro para nosotros desde el primer día.
-Entonces, ¿es una línea roja que su presidencia no dejará pasar?
-No tenemos líneas rojas en nuestra presidencia. Nuestro trabajo es reunir a todas las partes para aportar soluciones. Hemos sido muy, muy claros en que tenemos que lograr 1,5 grados, es el mandato global y el de nuestra cumbre del clima. Así que, desde mi punto de vista, es una obligación.
-Volviendo a su organización y, especialmente, a la designación de la presidencia. Más de 400 organizaciones han pedido la dimisión del Al-Jaber por liderar una petrolera y a la vez la COP… ¿Hay conflicto de intereses?
-El trabajo del sultán Al-Jaber no es el típico CEO en el sector del petróleo y el gas. Él, recuerdo, también es presidente de la segunda mayor empresa de energía renovable del mundo y, además, ha sido enviado especial para el cambio climático. Es el que más sabe sobre este tema y el que más experiencia tiene. Es la persona mejor situada para desafiar al sector del petróleo y el gas para que ofrezcan los resultados que necesitamos. Además, por primera vez, el presidente de la COP es un CEO, siempre hemos tenido políticos o diplomáticos. Al-Jaber aporta una mentalidad de entrega de resultados y esta cumbre estará muy orientada a los resultados, a la acción y él aporta una mentalidad del sector privado, aunque tiene una larga experiencia en el gobierno, es nuestro Ministro de Industria y Tecnología. Tiene la capacidad de ayudar a resolver este problema como nadie en nuestro sistema y por eso tiene sentido para nosotros. Es el candidato perfecto para este puesto, es muy conocido en el sector y sé que va a hacer un gran trabajo.
«El presidente de la COP28 es el mejor candidato que tenemos»
-En la COP27 el gran hito fue acordar ese fondo de pérdidas y daños para los países más pobres, ¿con qué le gustaría que se recordara la de este año?
-Es una buena pregunta. Como dije al principio, nuestro liderazgo ha sido claro y queremos que nuestra COP cambie las reglas del juego, que ofrezca resultados reales, que la gente pueda decir que hemos dado un paso adelante en la lucha contra el cambio climático. Eso significa alcanzar los objetivos de París. Tenemos que poder mostrar a la gente que el cambio climático no tiene que ser visto sólo como un desafío con el que tienen que lidiar, también puede ser una oportunidad.
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