Ecoansiedad, el miedo a «perder el futuro» por el cambio climático
ODS 7 | Acción por el clima ·
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Los problemas relacionados con el clima afectan a la vida de los ciudadanos cada vez con más frecuencia«Miedo, sudoración, temblores, palpitaciones, cansancio, hiperventilación». Este es el cuadro clínico más frecuente de ansiedad. «Si la motivación está relacionada con el cambio climático se llama ecoansiedad», destaca Loreto Barrios, psicóloga y divulgadora científica. «Es un fenómeno que no solo existe en nuestro país, ... se da a nivel internacional», añade Silvia Collado, doctora en psicología ambiental y profesora de la Universidad de Zaragoza.
La preocupación por el medioambiente está cada vez más presente entre la población. «Es transversal e intergeneracional», apunta Andreu Escrivà, ambientólogo y escritor. «Lo que pasa es que mucha gente no es consciente de ello», asegura. «Cada uno lo lleva de una manera diferente», destaca este escritor.
En una investigación reciente, The Lancet revela que casi la mitad de los jóvenes entre 6 y 25 años afirma que «la preocupación por el clima afecta de forma negativa a su vida cotidiana». «El cambio climático es un problema global y no individual», explica Collado. «Esto genera mucha incertidumbre, porque no se puede gestionar o controlar», apunta.
Las modificaciones del clima por la acción humana «son una realidad», advierte Eduard Soler, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. «Ya no es un constructo abstracto», apostilla.
Migraciones de especies animales, extinción de flora, aumento del nivel del mar, sequía o deshielo de los glaciares. Estos son algunos de los retos a los que se enfrenta la humanidad, «sentir que vamos con retraso incrementa la ansiedad», advierte Soler.
No obstante, Collado rebaja la gravedad. «Es verdad que los niveles altos de ansiedad que podrían llegar a ser patológicos o paralizarnos no son tan probables o tan frecuentes como podríamos llegar a pensar».
Esta angustia se ve aumentada por la sensación de «culpa climática». «Tengo amigos concienciados con los problemas del cambio climático que se sienten mal, por ejemplo, por coger el coche», señala Escrivà.
Precisamente, la inacción o la falta de avances contra los problemas del clima «genera frustración», responde Collado. «De todas formas, aquí entra en juego la resiliencia personal», contrapone Barrios. «A mucha gente le afecta en su día a día», destaca Escrivà.
Cada vez más, la responsabilidad de luchar contra el cambio climático recae sobre el ciudadano. Reciclar, cambiar el coche, reducir el consumo de agua, «realmente no vamos a frenar el cambio climático reduciendo el consumo de plástico a nivel individual», explica Yetta Aguado, cofundadora de Madres de por el clima. «Esto pasa por un trabajo colectivo», añade.
Uno de los remedios para frenar la ecoansiedad es «educar en positivo», comenta Aguado. «Es importante concienciar que todo acto cuenta y tiene su huella», explica. La ansiedad por los cambios medioambientales vienen dados por una falta de control, «la mejor forma de trabajarla está en este aspecto», revela Collado, «y eso se consigue, creo, desde el colegio».
En la actualidad, los mensajes relacionados con el cambio climático son negativos y catastrofistas y aumenta el miedo por un futuro descorazonador. El informe de The Lancet con las respuestas de los jóvenes son clarividentes: «tres cuartas partes cree que el futuro es aterrador, y un 56% asegura que la humanidad está condenada».
En los últimos años, la opinión pública ha contribuido a poner en el centro del debate los problemas medioambientales, pero también han revelado los efectos nocivos del cambio climático. «Necesitamos un enfoque positivo y esperanzador», narra Escrivà. «Es cierto que el cambio climático es irreversible, pero queda mucho por salvar», añade.
La disconformidad de los jóvenes con las decisiones de los gobernantes y, sobre todo, su hastío ante la pasividad se ha demostrado en el movimiento Fridays for future, pero la educación en positivo ha encontrado su salida en Teachers for future o Revuelta escolar de Madres por el clima. «Haciendo estos problemas más tangibles y entendibles baja el nivel de nerviosismo y ansiedad», revela Collado.
Bajo esta premisa, un grupo de influencers estadounidenses ha puesto en marcha una campaña para ver el lado positivo de la vida como dice la canción de los Monty Phyton. Con el nombre «Ok, Doomer» (parafraseando el «Ok, boomer» millennial), estos jóvenes sacan el lado positivo a las noticias climáticas en videos cortos en TikTok.
Sus vídeos huyen de los titulares catastrofistas y solo dan relevancia a victorias climáticas como construcciones de parques eólicos o tratados para frenar la contaminación por plásticos. «La reducción de la ecoansiedad es una responsabilidad compartida», repita Yetta Aguado. «Y, sobre todo, hablarlo», puntualiza Escrivà. «Estamos a tiempo de frenar los futuros distópicos de Mad Max que se nos vienen. Tengo esperanza».
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