La naturaleza, el gran cenicero de España

Con los datos de este último año, el proyecto liderado por SEO/Birdlife y Ecoembes ha retirado del entorno natural un total de un millón de residuos donde las colillas vuelven a ser el contaminante más presente en la naturaleza española. El año pasado en España se vendieron un total de 2.119,1 millones de cajetillas de cigarrillos. Miles de millones de pitillos abandonados que tardan años en degradarse y que contienen más de 7.000 sustancias tóxicas entre las que se encuentran arsénico, nicotina y plomo y «puede llegar a contaminar 10.000 litros de agua», advertía en el 2014 una investigación alemana titulada «Las colillas tiradas como fuente de nicotina en aguas urbanas».

De los 335.000 desechos categorizados en los últimos doce meses por los cerca de 35.000 voluntarios, uno de cada dos eran restos de cigarrillos y suponen cinco puntos porcentuales más que los datos recopilados en 2022. En segundo lugar, las toallitas húmedas (11,07%) y en tercer lugar los microplásticos de 2,5 cm y, por último, latas de refresco.

A lo largo del pasado ejercicio, el Proyecto Libera llevó a cabo cuatro campañas (Por los ríos, lagos y embalses, Por las playas y los mares, Contra la basuraleza y Por el campo, bosques y monte) y en todas ellas, salvo ríos lagos y embalses, las colillas era el residuo más presente en las batidas.

En los entornos acuáticos, especialmente los ríos, acaban contaminados con estos desechos que tardan más de 100 años en degradarse y lo hacen en fragmentos aún más pequeños. Según datos de varias oenegés, cada año más de 4.000 millones de toallitas acaban contaminando las aguas de ríos y mares, debido entre otras causas a que los usuarios no leen detenidamente la etiqueta del producto y piensan que están actuando correctamente. «Cada una de nosotras desde nuestro ámbito personal y profesional debemos asumir un cambio en el paradigma para hacer frente a la emergencia climática y a la pérdida de biodiversidad», apunta Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.

Los residuos plásticos abandonados acaban degradándose, señalan los promotores del Proyecto Libera, en piezas más pequeñas. Cuando estás son menores de 5 milímetros se denominan microplásticos y son un «grave problema» para los ecosistemas marinos, donde la contaminación por microplásticos afecta a todos los niveles de la cadena trófica. Solo los ríos de todo el mundo acumulan casi 110 millones de toneladas de residuos plásticos. «La crisis ecológica que vivimos merece la atención de todos, administraciones, empresas, colectivos, organizaciones y personas», añade Ruiz.

En la casi década de vida de este programa, los voluntarios de Libera han retirado de las aguas españolas 165,5 toneladas. «Agradecemos enormemente el apoyo y compromiso mostrado por los liberadores, pueblos y entidades que se han unido a nuestro proyecto para poner en el debate el problema del abandono de basuraleza», señala Rosa Trigo, consejera delegada de Ecoembes.

Este 2023, reza la memoria anual del proyecto, se ha cerrado la séptima campaña de recogida de basura con récord de participaciones 34.575, histórico de puntos de limpieza y residuos caracterizados por las aplicaciones e-Litter, Marnoba o la App Basuraleza. No obstante, «es necesario poner en marcha soluciones y campañas de sensibilización adaptadas para generar un mayor conocimiento sobre esta problemática en España», apuntan los responsables de Libera en su memoria anual.

Tras siete campañas, el proyecto cuenta con una red de más de 2.500 entidades entre administraciones públicas, entidades científicas o colectivos locales, que se han ido uniendo a este movimiento. «La naturaleza es nuestra mejor aliada, cuidarla de ella nuestra garantía de futuro», añade la directora ejecutiva de SEO/Birdlife.