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Antropía
Jueves, 23 de mayo 2024, 13:39
El cambio climático es actualmente uno de los mayores desafíos para la política agrícola de la Unión Europea. Las predicciones regionales cuantitativas del cambio climático y el análisis sobre enfermedades emergentes se establecen como una herramienta fundamental e inequívoca para la toma de decisiones.
La bacteria causante de enfermedades mortales que ya ha aniquilado millones de plantas (Xylella fastidiosa), es uno de los principales patógenos de cuarentena en la Unión Europea. Se trata de una bacteria que se encuentra en el xilema, y se extiende dentro de los vasos llegando a taponarlos y a obstruir el flujo de savia bruta. Esto provoca síntomas asociados a la falta de agua y/o carencia de nutrientes.
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la bacteria esta descrita en más de 595 especies de vegetales y es responsable de varias enfermedades con efectos graves en numerosas especies de interés agrícola, entre ellas el olivo, la vid o los ciruelos.
Personal investigador del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat de les Illes Balears (UIB), ha estudiado mediante una nueva técnica su propagación durante los últimos 20 años, con la colaboración de investigadores del Instituto de Física de Cantabria (IFCA), centro mixto del CSIC y la Universidad de Cantabria.
El estudio no solo contiene información sobre dónde o no puede establecerse la EP, sino que también reflejan la tasa de crecimiento exponencial de epidemias potenciales, que están directamente relacionadas con el cambio climático y su potencial impacto económico.
Estos hallazgos que ha publicado recientemente la revista científica Scientific Reports, señalan que con el aumento de las temperaturas la PD se convertirá en una seria amenaza para importantes zonas vitivinícolas del sur de Europa que antes no estaban en riesgo. Describen cómo un aumento de más de 3º en la temperatura media del planeta sería un «punto de inflexión en el riesgo» de que la bacteria, que afecta a olivos, almendros y viñedos de los países mediterráneos, se expanda más al norte en Europa.
Según el CSIC, hasta el siglo XXI se consideraba oficialmente un patógeno restringido sólo al continente americano. Sin embargo, en los últimos tiempos, la rápida propagación de la enfermedad ya ha provocado la destrucción de cultivos en Italia, y también es la culpable de que se hayan tenido que arrancar miles de almendros en islas Baleares y Alicante. ¿El causante de la propagación? Los insectos del grupo de los cicádidos, conocidos como cigarrillas o chicharras se encuadran como principal y único vector transmisor.
El índice de riesgo en las islas del Mediterráneo se ha mantenido moderadamente alto con poca variación en los últimos 40 años. Sin embargo, el informe apunta que el riesgo de que la bacteria se propague al norte de la región mediterránea se ha vuelto notablemente mayor.
El estudio evidencia la necesidad de asignar selectivamente más recursos a la vigilancia y la investigación de la EP en los países del sur de Europa, debido a que a medida que las temperaturas globales continúen aumentando, el rango de EP puede expandirse a nuevos territorios. De hecho, el aumento proyectado en las velocidades de riesgo en escenarios de mayor calentamiento acentúa aún más el potencial de una rápida propagación de la EP a regiones que antes no estaban afectadas.
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