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A lo largo de la historia las fronteras se han trazado por las guerras o se han dibujado a mano alzada en mapas en reuniones políticas al más alto nivel. Ahora, cientos de años después tienen que ser redefinidas en algunos lugares del planeta y no por disputas territoriales, ni tampoco por gestiones administrativas, sino porque se están fundiendo gota a gota.
Desde este mes de octubre, toca actualizar el mapa de Europa. Italia y Suiza se han sentado para redibujar sus lindes y no lo hacen por una cuestión geopolítica. Lo hacen por culpa del cambio climático.
En 1861, ambos países acordaron marcar sus territorios sobre las escarpadas cumbres de los Alpes. Ahora, la subida de las temperaturas en el Viejo Continente ha cambiado la orografía de estas altas cumbres, que ha perdido gran parte del hielo de sus glaciares milenarios.
En 2023, los glaciares del país helvético perdieron un 4% de su volumen, una cifra histórica sólo superada por el derretimiento récord de 2022 cuando alcanzó el 6%. ¿La causa? «Escasa nevadas y veranos muy cálidos», afirma la Red Suiza de Vigilancia de los Glaciares (Glamos). «Si este patrón continúa, el deshielo no hará más que acelerarse», advierte.
La histórica línea trazada en el S.XIX tomando como referencia glaciares, líneas divisorias de aguas, crestas y nieves perpetuas ha variado. No es la primera vez que esta frontera se escurre ladera abajo, en 2018 las autoridades de Berna y de Roma tuvieron que sentarse en la mesa a negociar.
En aquella época los alpinistas y esquiadores se acercaban al 'Rifugio Guide del Cervino', un refugio para visitantes cerca del pico Testa Grigia de 3.480 metros. A principios de los 80, se construyó esta instalación con cerca de medio centenar de camas. Construcción sobre territorio italiano, pero ahora dos tercios del albergue están «técnicamente» sobre suelo suizo.
El deshielo del glaciar Theodul, perdió casi una cuarta parte de su masa entre 1973 y 2010, dejó expuesta la roca debajo del hielo, alteró la divisoria de aguas y dejó en el limbo a los huéspedes del refugio. Ellos pensaban que estaban en Italia, pero ahora hay que pagar en francos suizos o, al menos, así lo dicen las lindes de los mapas.
Desde el Gobierno helvético aseguran que tanto ellos como sus homólogos italianos comparten el deseo de rectificar los lindes en la región de Testa Grigia, Plateau Rosa, Rifugio Carrely Gobba di Rollin. El acuerdo es relevante entre otras cuestiones porque está en una zona con estaciones de esquí muy turísticas, como Zermat. «Estos elementos naturales evolucionan y redefinen la frontera nacional cuando esta se determina dinámicamente», asegura el gobierno helvético.
Desde 2023, representantes de ambos países trabajan en una comisión mixta para hacer una redefinición de sus terrenos. Los cambios se implementarán una vez que ambos países rubriquen el acuerdo. Suiza ya ha plasmado su firma, ahora solo falta que Italia dé el visto bueno. En los próximos meses tocará actualizar el navegador y reimprimir mapas.
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