Aumenta la concentración de ozono, un veneno disuelto en el aire

Este año, las concentraciones de ozono (O3) han aumentado con respecto a los dos años anteriores, según el estudio presentado este miércoles en Madrid, que evaluó los datos de 493 estaciones en 130 zonas de toda España. Con más de una treintena de episodios «significantes», el aire contaminado, si se toman en consideración los límites de la directiva vigente de la Unión Europa, fue respirado por unos 2,2 millones de personas hasta septiembre de 2023.

Pero esta concentración máxima es «obsoleta», indica la organización ambientalista, que prefiere guiarse por los valores propuestos por la Comisión Europea para la próxima normativa de calidad de aire. Si estuviera vigente, el dato oficial sería de 8,2 millones de españoles expuestos a un exceso de ozono, un 17%. Peor aún, si la guía fuera lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la casi totalidad de la población (96,5%) estaría expuesta al veneno que flota en el aire los días calurosos, cuando hay más radiación ultravioleta.

El problema que ocasiona el ozono troposférico estudiado (diferente al ozono que rodea el planeta) es mayor por el cambio climático. El verano de este año fue el más cálido de los últimos 60 años, con cuatro olas de calor entre julio y agosto. «Por su relación con la radiación ultravioleta, los altos niveles de ozono aparecen en verano, pero ahora también en primavera y otoño, por sus episodios muy fuertes de calor. Tenemos ahora un verano de marzo hasta octubre», explica Ceballos.

El estudio asegura que «el cambio climático se confirma como un factor de primer orden en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire por ozono, como efecto derivado del incremento de las temperaturas, el alargamiento progresivo de la duración del verano y la reducción de las precipitaciones».

Para aminorar las veces que se crean estas altas concentraciones de ozono, se recomienda «reducir la emisión de precursores de este contaminante, como el transporte terrestre, aéreo y marítimo, la implantación de zonas de bajas emisiones en las ciudades, renunciar a la ampliación de aeropuertos, limitar los vuelos cortos y sustituirlos por trenes, desplegar las energías renovables y mejorar la eficiencia energética», enumera Juan Bárcena, responsable de calidad del aire de Ecologistas en Acción.

Más allá de los datos, el ozono se siente a través de la irritación de los ojos y de las mucosas nasales en días de calor (no causado por el polen), dolor de cabeza y fatiga. «El ozono es el contaminante con más afecciones en la población en el territorio español desde hace muchos años», dice Ceballos. «Además se concentra más a un metro del suelo, donde respiran los niños, que pueden desarrollar enfermedades respiratorias que condicionarán el resto de sus vidas. La exposición es mayor también porque respiran más aire en relación con su peso corporal que un adulto y no han desarrollado todo su sistema inmunológico».

Mientras no se logre disminuir la contaminación actual, el documento considera «imprescindible» rebajar la exposición de los grupos de población más sensibles a este contaminante, como los menores, las personas mayores, los enfermos crónicos y las embarazadas, «difundiendo en episodios de alta contaminación una información clara y comprensible».