La esgueva de La Moneda hallada bajo el Museo del Libro corresponde al siglo XVI
Un estudio elaborado por María Negredo, de Aratikos, confirma la hipótesis avanzada por García cuando se descubrió la esgueva en marzo
Los restos encontrados corresponden a un tramo del antiguo sistema de cloacas relacionado con la presencia de carnicerías en El Hondillo
La esgueva se ha localizado bajo el futuro Café Voynich, un proyecto de la Editorial Siloé junto al Museo del Libro, y se conservará por los promotores

El estudio arqueológico llevado a cabo en las obras del futuro Café Voynich, anexo al Museo del Libro Fadrique de Basilea, certifica que la esgueva de La Moneda localizada el pasado marzo se corresponde con la primera mitad del siglo XVI. De este modo, y tal como se avanzó en el momento de su hallazgo por parte del director del Museo del Libro, Juan José García, se trata de una muestra de la antigua esgueva correspondiente al tramo de las desaparecidas carnicerías de la capital.
La arqueóloga María Negredo, del estudio Aratikos, ha dirigido un exhaustivo trabajo, elaborado durante los meses de abril a julio, que ha permitido comprobar la hipótesis inicial y sacar a la luz uno de los tramos más antiguos del casco histórico de la ciudad. De este modo, y en base a criterios arqueológicos, el estudio subraya que los restos encontrados “se fechan con la gran reforma urbana que tuvo lugar en esta zona de la ciudad al ubicar las nuevas carnicerías en el siglo XVI” en el espacio en el que se sitúa el museo.
Las esguevas forman parte de un sistema de canalizaciones para limpieza de inmundicias y desperdicios
El trabajo llevado a cabo permite constatar que la muralla de la ciudad se mandó levantar en el siglo XIII, quedando finalizada a principios del siglo XV. Un siglo más tarde comenzó la construcción de importantes edificios públicos como las nuevas Carnicerías o la Cárcel Real, situada en el actual Palacio Provincial, sede institucional de la Diputación de Burgos. En este punto es de gran importancia la presencia de cloacas o esguevas que articulan este nuevo espacio conocido como El Hondillo.
Su función era la de limpiar las inmundicias y desperdicios mediante el arrastre de las aguas. Cabe recordar que el Burgos del siglo XXI nada tiene que ver con aquella ciudad poco o nada higiénica donde se daban serios problemas de salubridad, agravados en verano cuando el caudal del río descendía y los desperdicios campaban a sus anchas. Asimismo, se sabe que las esguevas ayudaron a evitar inundaciones como la que en 1513 causó serios problemas en las calles del centro de la urbe medieval.
Esgueva de La Moneda
Se sabe que la esgueva de La Moneda se iniciaba en el Río Vena, a la altura de las huertas del Morco, y atravesaba la muralla por la calle San Juan para pasar después por la calle La Moneda, que por entonces anegaba los bajos de agua. Poco después, entraba por Carnicerías hasta desembocar en el Arlanzón pasando antes por los bajos del antiguo Hotel España, hoy sede de una de las oficinas de Ibercaja. La esgueva quedó tapada en la calle de La Moneda en el siglo XIX.
Se han encontrado también útiles de cerámica y restos de astas de vacuno
El tramo de galería que se conserva tiene una anchura interior de 5,50 metros y 4 m de longitud, unos 22 metros cuadrados de superficie. En el trabajo de datación y desescombro han aparecido innumerables útiles de cerámica. La cerámica ha sido esencial para hacer una valoración del depósito sedimentario con fragmentos de finales del XVII y de la primera mitad del XIX. Un dato interesante es la presencia de varias astas de vacuno depositadas y concentradas en el tramo occidental de la esgueva.
Los restos animales asocian, con toda seguridad, este espacio con las carnicerías que en el siglo XVI hubo en la zona. Se sabe que las carnicerías estuvieron en este espacio desde 1525 hasta bien entrado el siglo XIX. Se trata de las denominadas Carnicerías Nuevas o Carnicerías Mayores. Las conclusiones de datación del estudio arqueológico coinciden con los datos aportados por el Museo del Libro nada más realizar el hallazgo, en el mes de marzo, tras iniciarse los trabajos del proyecto del Café Voynich.
La Editorial Siloé, promotora de las obras de acondicionamiento del local, colindante al Museo del Libro, ha decidido recuperar este elemento tan representativo de la evolución urbana de la ciudad de Burgos, y posiblemente el único tramo de todo el trazado de la citada como esgueva de La Moneda. El objetivo es integrarlo como elemento expositivo permanente dejando visible la superficie de la bóveda en un cuadro de unos 2,5 metros de lado protegido mediante un suelo acristalado que permita su visibilidad y conservación.