La vista y la sociabilidad de los niños, en riesgo por el abuso de los dispositivos móviles
El doctor en Psicología, Fernando Pérez del Río advierte de los riesgos a los que se someten a aquellos niños que usan las nuevas tecnologías sin control
La tutorización en el uso de las nuevas tecnologías resulta fundamental para no caer en los riesgos que hay detrás de internet
Únicamente el 15 por ciento de los niños autorregula el tiempo de utilización de dispositivos electrónicos
¿Hasta dónde llegar en la permisividad de las nuevas tecnologías? Esta es una pregunta que la mayoría de padres se hacen cuando recurren a sus móviles o tabletas para utilizarlos como chupete en sus hijos. Es muy habitual ver en los espacios públicos a un grupo de adultos disfrutando de un tiempo libre de niños, mientras estos clavan su mirada en la pantalla del móvil de turno. Sin embargo, este método para que el niño deje de interrumpir no sale gratis y el doctor en Psicología, Fernando Pérez del Río, advierte de las consecuencias que puede traer un uso abusivo de los dispositivos móviles y, en general, las nuevas tecnologías.
En primer lugar está la afección entre los más pequeños, esos que aún no tiene bien formados los componentes del sistema visual. De hecho, los expertos asegura que hasta los 8 años no queda completamente desarrollado y mientras tanto, los niños se someten a pruebas de esfuerzo visual a escasa distancia. Esto se traduce, según los oftalmólogos en un reseñable aumento de casos de miopía entre niños de dos a cuatro años.
Además, más allá de la pérdida de las capacidades visuales por un uso abusivo y excesivamente temprano, las nuevas tecnologías reducen las capacidades de socialización. Según explica Pérez del Río, sólo el 15 por ciento de los jóvenes sabe autorregular su tiempo libre para no solo dedicarlo a una actividad, que es donde residen los problemas de las adicciones. Y es que el consumo de las nuevas tecnologías está llegando a generar nuevos fenómenos, como el ‘cyberbotellón’ o el ‘vamping’, que se conoce en Estados Unidos, a las quedadas para jugar durante toda la noche en red desde la soledad de la habitación.
Asimismo, el hecho de que la adicción a las nuevas tecnologías sea mucho menos evidentes que otras adicciones, como las relacionadas con el alcohol o las drogas, hace que no exista prácticamente una alerta social sobre lo que en un futuro puede acabar siendo un problema.
Para terminar, Pérez del Río apunta algunas recomendaciones para no caer en el abuso de las nuevas tecnologías, que como el abuso de cualquier sustancia o hábito, acaba traduciéndose en adicciones que impiden el desarrollo personal. Por ello, el doctor en Psicología recomienda a los padres poner límite al uso, tanto en tiempo, como en lugares, promocionar otras formas de ocio, especialmente que se desarrollen fuera del entorno doméstico, o dar nociones básicas sobre el uso seguro de aplicaciones y servicios web, entre otros.