Castilla recupera sus tierras burgalesas a la muerte de un rey traicionado

Fernando I vencen en la Batalla de Atapuerca después de que Sancho Fortún ejecute su venganza, asesinando al rey navarro

Atapuerca ha vuelto a ser escenario de la recreación de un hecho que cambió la historia de Castilla, engrandeciendo el Condado

La Batalla cumple veintidós ediciones, se estrena como Fiesta de Interés Turístico Regional, y homenajea a sus actores

Castilla recupera sus tierras burgalesas a la muerte de un rey traicionado Sancho Fortún ha vuelto a traicionar a su rey, matándolo. PCR

Fernando I, rey de León y conde de Castilla, es ahora un hombre poderoso. Ha recuperado las tierras del norte de Burgos, aquellas que entregó a García III en agradecimiento por el apoyo de las tropas navarras en la Batalla de Tamarón. Sin embargo, la victoria tiene un sabor agridulce, el que deja la pérdida de un hermano, no víctima de la contienda bélica, sino de una traición. Sancho Fortún ha matado a su rey, ofuscado al descubrir el adulterio de su amada Velasquita, y la sangre del rey navarro ha vuelto a teñir los secos campos de Atapuerca.

La historia de Castilla cambió para siempre en Atapuerca

La ladera de la iglesia de San Martín ha servido de escenario un año más para la recreación de la Batalla de Atapuerca, un hecho cuyo resultado cambió para siempre la historia de Castilla, como bien ha recordado Alberto Velasco, quien se ha estrenado como narrador. El director de Relaciones Institucionales de Mahou-San Miguel, recién nombrado Embajador de la Fundación Atapuerca, ha sido el encargado de explicar la representación al público asistente, miles de espectadores que se han acercado a disfrutar de un pedazo de la historia de Castilla.

Una lucha fratricida, movida por ambiciones políticas, viejas rencillas y envidias, que ni los abades de Santo Domingo de Silos y San Salvador de Oña consiguieron parar a tiempo. Tampoco Velasquita, quien trató de convencer a su amado, el rey de Navarra, de que accediese a la petición de su hermano, retornarse los territorios burgaleses y pusiese fin a un enfrentamiento sin sentido. Todo acabó en batalla, y solo la traición de Sancho Fortún puso fin a la sangría, con una muerte mayor, la de García III.

Todo comenzó en Tamarón

Para entender la Batalla de Atapuerca, ocurrida el 1 de septiembre de 1054, hay que retroceder diecisiete años. Con motivo de la Batalla de Tamarón en el 1037, Fernando I, por entonces solo conde de Castilla, le pidió a su hermano ayuda para vencer al rey de León, Vermudo III. A cambio, el conde le prometió los territorios del norte de Burgos, entre los que se encontraba Atapuerca. Y estos estuvieron bajo el poder navarro esos diecisiete años, porque Fernando venció a Vermudo, convirtiéndose en Fernando I rey de León y conde de Castilla.

Un adulterio se convierte en la pieza resolutiva de una lucha fratricida

Sin embargo, tiempo después, el monarca quiere ampliar el Condado, y reclama a García III las tierras burgalesas. Repartos de reinos, envidias y viejas rencillas se esconden, dice la historia, detrás del enfrentamiento que acabó en la batalla en Atapuerca. El conde castellano invade tierras navarras, acompañado por las tropas castellanas, en cuyas filas se encuentra un joven Rodrigo Díaz de Vivar y su padre, Diego Laínez. Un breve parlamento, infructuoso, lleno de cruces de reproches, y ambos ejércitos se lanzan a la lucha.

Castilla pierde tantos hombres como Navarra en una batalla encarnizada. Todos luchan contra todos, sin control, pero en medio del desconcierto, Sancho Fortún ejecuta su venganza. Descubierta la traición de su amada esposa, sus amoríos con el rey navarro, mata a García III de un espadazo. El traidor acaba también muerto, a manos de Fernando I, pero el daño ya está hecho. El conde Castellano sale victorioso, Velasquita se quita la vida, y el hijo de García III, joven imberbe, asume el control del reino.

La recreación histórica de la Batalla de Atapuerca ha cumplido su vigésimo segunda edición, estrenando el título de Fiesta de Interés Turístico Regional. Se ha aprovechado la ocasión para agradecer al público su apoyo continuado durante estos años. También para rendir homenaje a los actores, algunos de los cuales, como García III, no ha fallado ni una edición. Entre las novedades, la presencia de la actriz burgalesa Dafne Falcón, en el papel de Velasquita, y los más de treinta nuevos actores llegados del programa de voluntariado.