Un centenar de iglesias requiere de intervención urgente por riesgo de ruina
Una treintena presentan patologías menores pero de urgente intervención y alrededor de un centenar tiene problemas más importantes
En los últimos diez años se han rehabilitado 150 templos, con una inversión de 15 millones entre parroquias, Diócesis y Diputación
La Diócesis de Burgos tiene una ardua tarea por delante, asegurar el futuro de las alrededor de 1.500 iglesias o ermitas de la provincia que todavía se mantienen en pie. De ellas, una treintena requieren de una intervención urgente, aunque presentan patologías menores. Sin embargo, un centenar se encuentran en peor estado, con riesgo de ruina y se no se actúa con celeridad, y al menos dos están ya hundidas y no se pueden recuperar pues no se dispone de los recursos suficientes para acometer el proyecto necesario.
Así lo ha explicado al aparejador de la Diócesis, Miguel Ángel Ortega, quien recuerda que son 180 las parroquias que hace tiempo que están ruinas. Solo intervenir en una de esas dos que están prácticamente hundidas costaría 500.000 euros, y es inviable. En el centenar que estar en riesgo se puede actuar siempre y cuando se cuente con ayuda externa, como el Convenio de Goteras. Y para esa treintena de intervenciones menores pero urgentes se cuenta con la campaña Pro-Templos, entre otros recursos del Arzobispado de Burgos.
Rebollo reclama la vuelta de la Junta al Convenio de Goteras
En los últimos diez años, se han rehabilitado 447 templos de la provincia, 150 desde 2013. La inversión total ha ascendido a 15,4 millones, de los cuales, 4,4 millones los ha puesto la Diócesis, otros 4,3 millones las parroquias y los 6,3 millones restantes, Diputación y ayuntamientos. La colecta Pro-Templos ha sumado 583.000 euros. Vicente Rebollo, vicario para asuntos económicos, agradece a Diputación su aportación al Convenio de Goteras, pero reclama la recuperación de la ayuda de la Junta de Castilla y León.
“Qué alegría sería para nosotros que la Junta se incorporara al convenio”, ha insistido Rebollo, tras desmarcarse en 2011. El vicario ha insistido en la importancia de conservar el patrimonio religioso de la provincia, pues es una obligación que los burgaleses tienen para con sus antepasados. Además, “el patrimonio sirve para mantener viva la fe”. La colaboración de las instituciones, y también de los ciudadanos, es imprescindible pues muchas parroquias dependen de pequeños municipios, “desprotegidos”, que no cuentan con recursos, ha recordado.