Germán Lafont pone negro sobre blanco la historia de Wamba y su vinculación con Pampliega
El experto ha publicado un libro que recoge la documentación histórica sobre la que se basa la reclamación de los restos del rey godo
Es un tratado histórico muy documentado, pero ameno, con anécdotas como la protagonizada por Fernando III y su negativa a pisar los restos de Wamba
Pampliega ha publicado en el BOE el anuncio para buscar descendientes o entidades con derecho sobre los restos y prepara el escrito para Casa Real
‘Wamba, vuelve a Pampliega’ es el título de la última publicación de Germán Lafont, experto historiador, además de arquitecto, que ha ayudado al Ayuntamiento de Pampliega a reclamar a Toledo los restos del rey godo. Se trata de una monografía que recoge los hechos más relevantes relacionados con Wamba y Pampliega, entre el año 300 y el actual 2017, con la que Lafont pretende poner negro sobre blanco la vinculación del rey con el municipio burgalés, para que aquellos que tengan que resolver la reclamación de los restos tengan “todas las piezas del rompecabezas”.
Es un tratado de historia muy documentado pero ameno, ha asegurado Lafont, quien reconoce que su primera publicación sobre la historia de Pampliega era un “ladrillo”. En esta se incluyen citas originales, documentos históricos, latines… pero también anécdotas divertidas. El hilo conductor es Wamba y, para hacer más fácil la comprensión del texto, se ha optado por un orden cronológico, arrancando con el martirio de San Vicente soldado, en Pampliega, y la fundación del monasterio al que se retirará Wamba en el 680.
El rey godo recaló en Pampliega tras ser enveneado y desterrado de Toledo, y escogió para sus retiro, y posterior “descanso eterno” el Monasterio de San Vicente, fundado en el 595 por Recaredo, en honor al mártir local. Al fallecer, en el 688, sus restos fueron enterrados en la entrada a la ermita del monasterio, en una tumba muy sencilla, lo que sirvió de base para una de las anécdotas más llamativas de la trama, ha explicado Lafont, y que protagonizó Fernando III el Santo en el 1244.
El monarca visitó el Monasterio de San Vicente porque quería conocer dónde reposaban los restos del godo y, cuando le dijeron que acababa de acceder a la ermita pisando la tumba, se negó a salir por la misma entrada. Así que Fernando III quedó encerrado en el edificio hasta que construyeron una puerta que le permitiese salir sin pasar por encima de los restos de Wamba. El episodio lo presenció su hijo, Alfonso X el Sabio, y podría ser el origen de lo que los vecinos de Pampliega consideran un “expolio histórico”.
“Expolio”
Germán Lafont afirma que al monarca se le quedaron grabados estos hechos en la memoria y quiso cumplir con la voluntad de su padre de dar una sepultura más digna al godo, de ahí que en el 1274 se llevase, con nocturnidad y alevosía, los restos a Toledo. El experto insiste en que no había motivos que justificasen el traslado, pues si bien es cierto que ya no quedaba el monasterio, arrasado por los sarracenos en el 711, se mantenía la ermita y la tumba de Wamba estaba intacta, habida cuenta de que pasaba desapercibida.
Además, la voluntad del rey era descansar en Pampliega, y así lo demuestra el hecho de que sus descendientes respetasen la sepultura. Cuando Wamba falleció, gobernaba su sobrino Égica y “si hubiera querido ser sepultado en Toledo solo habría tenido que hacérselo saber a su sobrino”, ha apuntado Lafont. También el hijo de Égica, Witiza, que le sucedió en el trono, respetó la sepultura, y fue Alfonso X el que 586 años después cometió el “error” de llevarse los restos a Toledo, donde llevan 172 años insepultos.
Germán Lafont ha recordado que los huesos recalaron inicialmente en la cripta de Santa Leocadia, pero fueron profanados por las tropas francesas en el 1808, y acabaron trasladados junto con los de Recesvinto a la Catedral de Toledo. La Comisión de Monumentos autorizó el traslado en 1845, pero como algo provisional hasta que se diera sepultura a los restos. Sin embargo, en Toledo continúa Wamba, en una urna en el relicario de la Catedral, bien custodiado, ha asegurado el Cabildo Catedralicio.
La monografía finaliza con las últimas noticias sobre la reclamación del Ayuntamiento de Pampliega, que acaba de publicar en el Boletín Oficial del Estado un anuncio en busca de descendientes o personas e instituciones que crean tener derechos sobre los restos, a fin de tener controladas futuras reclamaciones. Mientras, se trabaja en el envío de un escrito a la Casa Real para que medie en su reclamación ante Toledo, habida cuenta de que el Cabildo considera que son los descendientes o la Casa Real los que deben tomar una decisión sobre la ubicación de los restos.