El BOE publica la orden ministerial de cese de actividad de Garoña y Nuclenor la acata

Energía insiste en que Garoña no encaja en el mix energético dado que tardaría un año en reactivarse y su aportación no es significativa

Enresa comienza a preparar la documentación para solicitar autorización para el desmantelamiento y el cambio de titularidad de la planta

El principio del fin de Garoña está fechado en el 1 de agosto de 2017. Y el Boletín Oficial del Estado (BOE) publica en su edición de hoy la orden del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital por la que se deniega a Nuclenor la prórroga solicitada para ampliar la explotación de la central nuclear hasta el 2031, y se decreta el cese definitivo de la actividad. Orden ministerial puede ser recurrida por la vía administrativa, en el plazo de un mes a contar a partir de mañana, y por la contencioso-administrativa, en el plazo de dos meses.

Sin embargo, parece que Nuclenor no va a hacer uso de ese derecho. El consejo de administración de la empresa propietaria de la planta burgalesa ha acordado, en su reunión de hoy, acatar y no recurrir la orden ministerial de cierre. También, iniciar los trámites para el desmantelamiento. Cabe recordar que Iberdrola y Endesa, propietarias al 50 por ciento de Nuclenor, han mantenido en los últimos meses posturas encontradas en relación con el futuro de la central nuclear.

Iberdrola ya dejó claro en marzo que abogaban por desistir de la solicitud de prórroga de explotación, y pidieron a Endesa que rectificase su posición, a favor de esperar a la resolución del Gobierno central. Iberdrola ha venido insistiendo en que Garoña no era viable económicamente, de ahí que se negase a presentar las alegaciones favorables a su apertura que planteó semanas atrás Endesa. Ahora, el consejo de administración de Nuclenor ha decidido que, una vez decretado el cierre de la planta, acatan la decisión.

Energía basa su decisión en la incertidumbre energética y política, y en la mínima aportación de Garoña al mix

Innecesaria

En la línea de las declaraciones del ministro Álvaro Nadal, la orden de Energía recuerda que Garoña lleva parada desde diciembre de 2012, y “la vuelta a la operación se vería demorada en un plazo superior a un año”, a raíz de las inversiones exigidas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para su reactivación. Esta “incertidumbre sobre la disponibilidad de la central nuclear a medio plazo”, unida a su potencia eléctrica “significativamente inferior” a la de las centrales operativas, “aconsejan descartar” la inclusión de Garoña en el mix energético.

“La continuidad de la central nuclear de Santa María de Garoña no resulta necesaria para la provisión de energía eléctrica en las condiciones de seguridad de suministro, medioambientales y de precio que el Gobierno, en el ejercicio de su actividad de planificación y definición del «mix» energético, considera apropiadas”, recoge el texto como argumento para justificar la denegación de la solicitud. Un argumento al que se debería sumar la “incertidumbre política”, la gran oposición política y social a la central, como también apuntó el ministro, que pondrían en riesgo futuro una autorización presente.

Enresa se prepara

Y mientras el Ministerio de Energía da los primeros pasos para el cierre de la planta burgalesa, Enresa, la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos, también prepara la documentación necesaria para solicitar la autorización del desmantelamiento y la transferencia de titularidad de Garoña. El desmantelamiento se hará en coordinación con Nuclenor y la empresa, conformada por Iberdrola y Endesa, continuará siendo propietaria de la nuclear, de manera exclusiva, hasta que Enresa se haga con la titularidad de la planta.

Enresa tendrá que preparar numerosos informes antes de iniciar el desmantelamiento

En nota de prensa, Enresa ha recordado que Nuclenor tendrá que acondicionar los residuos operacionales y efectuar la descarga del combustible gastado de la piscina a los contenedores suministrados por Enresa para su disposición en el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la central, como paso previo a su remisión al Almacén Temporal Centralizado, cuando éste se encuentre disponible. También colaborar con Enresa en el conjunto de las actividades preparatorias para el desmantelamiento.

Enresa, por su parte, empieza preparar la documentación para solicitar la autorización de desmantelamiento y la transferencia de la titularidad. El proceso administrativo incluye la presentación a Energía del Estudio Básico de Estrategias para el desmantelamiento de la central y del Plan de Desmantelamiento, así como del Estudio de Impacto Ambiental. También se deberá solicitar autorización a Europa. El proceso culminará con un informe favorable del CSN y la autorización del Ministerio para transferir la titularidad e iniciar la fase de desmantelamiento.