Greenpeace y Ecologistas celebran el cierre de Garoña, un clamor social frente a la energía nuclear

Las organizaciones ecologistas celebran la decisión del Ministerio de Energía, a pesar de que los motivos tengan más que ver con “la falta de interés del operador”

Castejón critica que Garoña se haya utilizado como “rehén” por las eléctricas para influir en la normativa energética española

Greenpeace y Ecologistas en Acción han celebrado, con sendos comunicados de prensa, que el Ministerio de Energía haya denegado la renovación de la licencia de la central nuclear de Santa María de Garoña. Desde Ecologistas en Acción consideran que la decisión “es acorde al clamor social y político” a favor del cierre de la nuclear, tras cuatro años de “oscurantismo”, mientras que Greenpeace considera que la denegación de la autorización es el principio del fin de la energía nuclear en España

En este sentido, Raquel Montón, responsable de la campaña de Energía Nuclear de Greenpeace, ha asegurado que tras la decisión de desmantelar Garoña “se abre definitivamente la puerta hacia el fin de la energía nuclear en España”. Además ha reconocido que “Garoña cierra porque la ampliación de su vida no es rentable para sus dueños”, pero lo celebran igualmente porque cerrar las nucleares es más seguro y rentable que darles más licencias.

Montón: “Se abre definitivamente la puerta hacia el fin de la energía nuclear en España”

Por su parte, Francisco Castejón, portavoz de Ecologistas en Acción, ha afirmado que la negativa del permiso de funcionamiento a Garoña “pone fin a un largo proceso plagado de oscurantismo, falta de democracia y de decisiones controvertidas del Gobierno y del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)”. También a un “largo y tortuoso proceso político y económico”, en el que la central “ha sido usada como rehén por las eléctricas frente al Gobierno del PP”, ha recordado Castejón, a fin de modificar legislación y reglamentos sobre el parque nuclear.

Tanto Ecologistas como Greenpeace insisten en que la paralización, “voluntaria y unilateral”, de Garoña en 2012 ha demostrado que era “prescindible”, y el propio ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha afirmado que su aportación al mix energético es “relativamente pequeña”. Castejón ha asegurado que la petición de cierre “es un clamor social y político”, pues la central “es peligrosa y prescindible y ni siquiera sus propietarios quieren reabrirla”, habida cuenta de que Iberdrola ha presionado a Endesa para retirar la solicitud de prórroga.

Eso sí, el proceso Garoña ha sentado un precedente en los informes favorables del CSN y en la nueva reglamentación aprobada por ese organismo para prolongar el funcionamiento del parque nuclear español hasta los 60 años de funcionamiento. Se han aprobado varias Especificaciones Técnicas de Funcionamiento (ETFs) en ese sentido, se ha flexibilizado el procedimiento de cese de explotación mediante la modificación del RINR y se ha informado favorablemente el funcionamiento de una central hasta los 60 años, ha recordado Castejón.

Oportunidades laborales

Garoña ha sentado un precedente para prolongar la vida útil de las nucleares hasta los 60 años

Y frente a aquellos que lamentan el cierre de la nuclear por su impacto laboral, Greenpeace pone sobre la mesa un último informe, titulado ‘El inevitable cierre de las centrales nucleares españolas: una oportunidad económica y social’, en el que se asegura que el desmantelamiento generaría 100.000 puestos de trabajo y el proceso del abandono nuclear supondrá un aumento total del PIB de unos 20.000 millones de euros, pero las eléctricas apenas han cubierto el 30 por ciento del fondo para la gestión de los residuos nucleares.