Los expedientes de regulación siguen cayendo a la espera de recuperar datos precrisis

La Oficina de Trabajo ha tramitado una veintena en el primer semestre del año, un 53% menos que hace un años

Andrés Padilla confía en cerrar ejercicio con unos 35 expedientes y recuerda que antes de la crisis se gestionaban entre 3 y 6

La mayor parte de los ERE son de suspensión a pesar de que la reforma laboral ha intentado primar la reducción de jornada

Los expedientes de regulación siguen cayendo a la espera de recuperar datos precrisis Baja el número de expedientes pero la situación todavía no está estabilizada. IAC

La Oficina Territorial de Trabajo de Burgos ha tramitado una veintena de expedientes de regulación de empleo en el primer semestre del año, cifra que representa un 53 por ciento menos que en el mismo periodo de 2016. En términos absolutos se ha registrado una “sensible disminución”, frente a los 43 expedientes del pasado año, ha explicado el jefe de la Oficina Territorial, Andrés Padilla, quien confía en cerrar el ejercicio con no más de 35 expedientes. Y es que la actividad económica se va moviendo, aunque todavía queda trabajo por hacer.

La estadística semestral muestra el registro de 23 expedientes, si bien tres de ellos desistieron sin llegar a acuerdo de regulación. Continúa primando la suspensión temporal frente a la reducción de jornada, y eso que la reforma laboral de 2012 intentaba primar la resolución de los conflictos con reducciones de jornada, ha recordado Padilla. En concreto, de los 20 expedientes finalmente tramitados, 11 fueron de suspensión y 6 de reducción. Los otros tres llegaron directamente a la extinción.

Padilla destaca una cierta reactivación de la economía, con más colocaciones y menos desempleo, aunque reconoce que continúa habiendo mucho paro y tardaremos en llegar a niveles precrisis. Lo mismo ocurrirá con los expedientes de regulación de empleo. Lo “ideal” sería alcanzar la cifra “cero”, pero es inviable, así que en Trabajo solo esperan alcanzar los niveles de la época de “pleno empleo”, cuando se gestionaban entre tres y seis expedientes al año, pues siempre hay alguna empresa que, por un motivo u otro, tiene que cerrar o reajustar su plantilla.

Caída constante

De momento, las previsiones de Andrés Padilla son poder cerrar el ejercicio con 35 expedientes, y al ritmo que llevamos es posible. Los meses de julio y agosto son muy tranquilos, ha recordado, y luego quedaría el último empujón de finales de año. El jefe de la Oficina Territorial de Trabajo ha insistido en que, si bien el descenso de expedientes con respecto a 2016 es significativo, mucho más lo es si tenemos en cuenta los peores años de la crisis, como el 2012, cuando se tramitaron 528 expedientes con más de 9.000 afectados.

Ahora son menos las empresas que recurren a este instrumento laboral de regulación, y menos también el número de trabajadores afectados. En el primer semestre del año, la veintena de expedientes ha afectado a 411 empleados, una cifra que solo un poco inferior a la de 2016 (entonces fueron 488), aunque tiene su explicación. Andrés Padilla ha apuntado que una empresa de cierta entidad ha presentado un expediente de suspensión para 375 trabajadores, rompiendo la estadísticas, pues ahora los expedientes suelen afectar a un número reducido de empleados.