110 años nadando entre libros
La Librería del Espolón celebra su 110º aniversario como testigo y protagonista perenne del devenir de la cultura burgalesa
Autores, clientes, amigos y autoridades han querido acompañar a Pilar Canales en la celebración de tan insigne efeméride
110 años no se cumplen todos los días. Y si no, que se lo digan a la Librería del Espolón, que hoy celebra tan insigne efeméride con el orgullo de ser una de las referencias culturales más longevas y reconocidas de la ciudad. Su histórica fachada de madera, pintada de rojo, ya es una suerte de emblema de la ciudad, que durante más de un siglo ha despertado la curiosidad de ávidos lectores. Y como no podía ser de otra forma, muchos de esos lectores se han unido esta mañana a una celebración a la que tampoco han faltado autores, poetas, amigos y representantes de la sociedad civil de la ciudad.
La Librería del Espolón abrió sus puertas en 1907 bajo el nombre de Papamoscas
Ante tal agasajo, la gerente de la librería, Pilar Canales, no ha podido ocultar su emoción. “Cuando llamas a la gente y responde” se demuestra, a su juicio, que la Librería del Espolón no es un establecimiento cualquiera. “Hemos estado dando un servicio a los burgaleses y los burgaleses han respondido”, manteniendo con vida un comercio que, hasta cierto punto, parece anclado en el tiempo.
En 1907, Jacinto Ontañón abría al público la librería, llamada entonces Papamoscas. Tras 28 años, Ontañón, republicano confeso, tuvo que “poner pies el polvorosa” ante la amenaza del Alzamiento, cediendo el testigo a la familia Canales, que durante tres generaciones ha llevado las riendas del negocio con acierto, aunque también superando muchos retos.
Y es que, tal y como ha reconocido la propia Canales, la aparición del libro electrónico lo ha cambiado todo. “Han sido más sencillos los primeros 100 años que los últimos 10”, asegura. Aún así, insiste, la librería sigue viva porque el libro impreso sigue vivo. “Un libro en papel tiene algo que el libro digital no tiene”. Además, a su favor cuenta con el respeto del público burgalés, al que agradece su apoyo durante estos 110 años. “Tengo que dar muchísimas gracias a los burgaleses que siguen manteniendo la afición de leer, inculcándosela a sus hijos y que siguen apostando por el papel”, ha subrayado.
El papel del librero
A estas dos cuestiones se les suma una tercera, como es el papel protagonista de Pilar y su familia, que siempre han asumido su papel de “libreros”, que no “vendedores de libros”, tal y como ha subrayado Álvaro Manso, presidente de la Asociación Provincial de Libreros. A su juicio, el hecho de contar con grandes “prescriptores” que “conocen a los clientes” y los libros que están en las estanterías es clave para el mantenimiento de librerías como la del Espolón.