En busca del origen de la domesticación del caballo en la Península Ibérica

El investigador Jaime Lira firma una tesis doctoral sobre la domesticación de los caballos ibéricos a partir del análisis del ADN

Ha concluido la existencia de linajes exclusivos de la Península Ibérica que habrían sido domesticados al margen del proceso de Eurasia

Su investigación, dirigida por Juan Luis Arsuaga, ha recibido la beca de 14.000 euros de las fundaciones Caja Rural Burgos y Atapuerca

En busca del origen de la domesticación del caballo en la Península Ibérica El convenio se ha renovado esta mañana. PCR

Una investigación sobre la domesticación de los caballos en la Península Ibérica, a partir del análisis de muestras de ADN moderno y ADN antiguo, se lleva la beca de 14.000 euros otorgada por las fundaciones Caja Rural Burgos y Atapuerca. El convenio de colaboración se ha renovado esta mañana, por octavo año consecutivo, con el objetivo de ayudar económicamente a proyectos de investigación científica impulsados por jóvenes investigadores, en un país que únicamente destina el 1 por ciento de su presupuesto a investigación y desarrollo.

Jaime Lira es el autor de la tesis doctoral ‘Estudio de la domesticación del caballo en la Península Ibérica a partir del análisis de ADN mitocondrial antiguo’, que ha sido dirigida por Juan Luis Arsuaga. Lira ha investigado la domesticación de los caballos en la Península Ibérica, partiendo de la hipótesis de un proceso independiente al realizado en Eurasia, donde se han documentado las primeras domesticaciones de caballo, hace 5.000 años. Lira ha recordado que esa domesticación “ha sido uno de los procesos más complejos”.

Se han detectado linajes exclusivos de la Península Ibérica, que fueron domesticados y enviados a América

De hecho el caballo ha sido uno de los últimos animales domesticados, y existen varias teorías sobre el proceso, sobre la base de que en la Península Ibérica “podría haber ocurrido algo relevante”. El investigador ha extraído muestras de ADN moderno y antiguo, algunas obtenidas en los restos recuperados en los yacimientos de Atapuerca, y las ha comparado, obteniendo resultados muy interesantes. Se han descubierto linajes exclusivos de la Península Ibérica, cuyos rasgos genéticos solo se han visto reproducidos en especies concretas de Latinoamérica.

Esto significa que los caballos ibéricos se domesticaron en algún momento de la historia, de manera independiente a lo ocurrido en Eurasia, y tras el descubrimiento de América fueron enviados al nuevo continente. Es decir, la domesticación del caballo no se circunscribiría a los pueblos de Eurasia, como se ha sostenido durante mucho tiempo, y de ahí pasaría al resto de territorios, sino que en la Península Ibérica hubo también procesos de domesticación propios, con especies salvajes de linajes exclusivos de la zona.

Estrellas científicas

Juan Luis Arsuaga ha destacado la complejidad de la investigación, por lo que exige de extracción de muestras de ADN, y considera que se trata de un proyecto “interesante, importante y comprensible”. Jaime Lira es el “gurú de los caballos”, pues intenta desentrañar el proceso que les llevó a ser animales domesticados, y gracias a la beca de 14.000 euros ha podido llevar a cabo esta investigación. “Estoy viviendo un sueño”, ha reconocido, ya que antes de la beca tenía que compatibilizar la investigación con otro trabajo.

La beca de 14.000 euros ha permitido a Jaime Lira dedicarse plenamente a la investigación

El codirector de los yacimientos de Atapuerca ha insistido en que este tipo de ayudas económicas  “hacen posible que nazcan estrellas científicas”. Las becas son circunstancias determinantes en la carrera profesional de cualquier científico, ayudan a superar las “circunstancias de la ciencia”. El propio Arsuaga ha reconocido que sin la beca que le permitió empezar a investigar él mismo podría estar todavía dando clases de Biología en un colegio, en lugar de dedicarse a lo que realmente le apasiona.

“El científico es el ser más solitario del mundo”, ha insistido Arsuaga y, en un momento en el que se agudiza la picaresca ante la falta de recursos económicos, se deben premiar proyectos que permitan avanzar a la ciencia. Y eso es lo que pretende la Fundación Caja Rural Burgos con el convenio suscrito (y renovado) con la Fundación Atapuerca. El director general de Cajaviva Caja Rural, Ramón Sobremonte, ha mostrado el “enorme orgullo” que supone para la entidad apoyar un “motor” científico como es el proyecto Atapuerca.

En España cuesta ser líderes en ciencia, ha asegurado Sobremonte. Sin embargo, en Burgos tenemos el “lujo” de ostentar el “liderazgo mundial” en el estudio de la Evolución Humana. Para Cajaviva Caja Rural y la Fundación Caja Rural Burgos es una “obligación” apoyar proyectos de investigación y científicos, forma parte de su responsabilidad social corporativa, sobre todo después de que España haya reducido en 20.000 millones de euros su ayuda a la investigación en los últimos años.