Los burgaleses ausentes se despiden de los Sampedros 2017 con “emoción contenida”
Una decena de argentinos y cubanos, hijos y nietos de burgaleses, han sido los encargados de dar sentido al Día del Burgalés Ausente, que ha despedido a los Sampedros 2017
Tras la recepción y la habitual misa en honor de la Virgen del Álamo, las fiestas han terminado como empezaron, entre peñas y con los mejores pinchos a la parrilla
Dulce final. Las Fiestas de San Pedro y San Pablo han terminado después de diez días de actos en los que ha habido tiempo para abrazar la tradición y disfrutar de novedades. La última jornada de las fiestas mayores de la ciudad, el Día del Burgalés Ausente, ha estado marcada por el calor, el gran ausente de estos Sampedros 2017.
El Parque de Fuentes Blancas ha sido el centro neurálgico de Burgos durante unas horas, cerrando unos actos festivos que comenzaron con la celebración del Curpillos, hace hoy quince días, tal y como ha recordado el alcalde, Javier Lacalle. Y para despedir los Sampedros, los burgaleses han dedicado el día a sus paisanos ausentes, que han estado representados en los diez latinoamericanos -8 argentinos y 2 cubanos- que han participado en la ‘Operación Añoranza’.
El calor se ha sumado a última hora a los Sampedros 2017
Han sido estos diez hijos y nietos de burgaleses ausentes los que han iniciado los actos festivos de esta última cita. Los danzantes y los gigantillos han bailado por última vez para dar paso a las peñas, los pinchos y el Concurso Buen Yantar.
“Un mimo para el alma”
Pero antes de eso, ha habido tiempo para la emoción, recordando a los burgaleses y agradeciendo la realización de la ‘Operación Añoranza’. La encargada de ello ha sido la argentina Beatriz Mabel Cereso, nieta de un burgalés que se fue de su tierra con poco más de 20 años y nunca consiguió volver “a los sitios donde amó la vida, sueño que no pudo realizar. Por eso aquí estamos sus nietas, para conocer estos sitios, estos paisajes, estas calles que él evocaba para que el tiempo no le arrebatara los recuerdos que atesoraba con nostalgia y con emoción contenida”, ha relatado Cereso.
La argentina ha reconocido que “con esa misma emoción hoy pisamos esta tierra que recorrió mi abuelo, que aprendimos a amar y a valorar a través sus palabras y de sus silencios”. Además, Cereso ha valorado Burgos porque “en esta tierra se hunden las raíces más profundas de nuestra familia, de nuestra cultura y de nuestra argentinidad”. Y para despedirse en su nombre y en el de los otros nueve participantes de la ‘Operación Añoranza’ ha querido agradecer la recepción y el que se les haya permitido “conocer algo de nuestro pasado y nuestra íntima y emocionada felicidad”.
Por su parte, Lacalle ha celebrado el resultado de esta iniciativa que este año ha cumplido 26 años. Además, en Buenos Aires, una de las ciudades que más hijos y nietos de burgaleses aporta, se cumplen cien años desde la apertura del Centro Burgalés. Así, el alcalde les ha pedido a los diez participantes de la ‘Operación Añoranza’ que sean “los mejores embajadores” de Burgos en su tierra natal.
Los sabores de la parrilla
A mediodía se ha celebrado la multitudinaria eucaristía en honor a la Virgen del Álamo, enclavada en el corazón del Parque de Fuentes Blancas, para hacer hambre y bendecir los manjares que a escasos metros del tranquilo lugar se estaban cocinando.
Peñas y casas regionales han dado lo mejor de sí para alimentar a los miles de burgaleses que no faltan a la última cita de los Sampedros, esa que sirve para disfrutar juntos las últimas horas antes de la ciudad vuelva a la normalidad.