Investigando el sílex de Treviño para conocer mejor a nuestros antepasados “neolíticos”

El equipo liderado por Andoni Tarriño continuará este verano trabajando en la cantera de sílex del complejo minero Arico-Cucho

Se busca ahondar en el conocimiento sobre una de las canteras más importantes del Neolítico, que producía un sílex de calidad excepcional

La investigación aborda también la capacidad tecnológica y la estructura organizativa y social de la comunidad que explotaba el mineral

Continuar abriendo la cantera, una de las mayores explotaciones mineras de sílex del Neolítico en la Península Ibérica, y recuperar nuevos restos líticos que permitan avanzar en un mayor conocimiento sobre las poblaciones neolíticas son los principales objetivos de la nueva campaña de excavaciones iniciada en Treviño. El geólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) Andoni Tarriño lidera un equipo de veinte profesionales, entre geólogos, arqueólogo y estudiantes, que trabajará en la excavación hasta el 4 de agosto.

Tarriño ha explicado que se continuará con los trabajos realizados en los últimos años, excavando en Pozarrate, una cantera minera de sílex del Neolítico, datada en 6.000 años de antigüedad. Es una cantera recubierta de una escombrera, ubicada en ladera, que tendría una altura de uno cinco metros. La excavación se centra en la retirada de los escombros para descubrir el frente de la explotación, a través de una zanja perpendicular que cada vez va cogiendo una mayor extensión, y que en esta ocasión plantea una apertura de 20 metros de diámetro.

Hay evidencias de que el sílex de Treviño se utilizaba en la cornisa cantábrica y el sur de Francia en el Paleolítico

El proyecto de excavación busca vaciar la cantera, en la que se vienen encontrando miles de fragmentos de sílex, y recuperar restos de industria lítica, herramientas utilizadas para la explotación, como mazas o picos. El objetivo último es avanzar en el conocimiento de las estrategias de explotación y abastecimiento del sílex como recurso mineral en la prehistoria, y en especial en este complejo minero de la Sierra de Arico-Montes de Cucho, uno de los más grandes e importantes del Neolítico.

Andoni Tarriño ha recordado que el sílex de esta cantera, sílex de Treviño, es uno de los cinco principales utilizados en la prehistoria para la elaboración de útiles y herramientas, en el territorio Cantábrico/Pirenaico/Aquitano. De hecho, está documentada la utilización de este sílex por comunidades paleolíticas de Cantabria y el sur de Francia, si bien todavía no existen datos similares en el Neolítico, puesto que los yacimientos de este periodo histórico están, en general, menos investigados, ha apuntado Tarriño.

Un sílex único y una comunidad muy evolucionada

El sílex de Treviño era de una calidad “excepcional”, con una estructura nodular de 15, 20 o 25 centímetros, muy puro, sin corteza y se podía aprovechar al 100 por cien, de ahí que la cantera fuese una explotación minera muy activa. A las comunidades neolíticas “les compensaba extraerlo porque tenían garantía de que era un buen materia”. De ahí también que esas comunidades presentasen una estructura organizativa y social acorde al proyecto de gran envergadura que traían entre manos.

Se requería de una estructura organizativa y social elaborada para soportar una explotación tan importante

Por ese motivo, la excavación en Treviño es de gran relevancia histórica. Puesto que no solo servirá para conocer mejor este yacimiento (del que se han recuperado ya varias decenas de miles de fragmentos de sílex), sino también para ahondar en la capacidad tecnológica de estos pobladores, que tuvieron que desarrollar estrategias y herramientas adecuadas para la explotación de una cantera tan importante, y generar stock de materias primas para la construcción de herramientas (cuchillos, puntas de flecha…), y su estructura organizativa y social.

El proyecto va por la octava campaña de excavaciones, cuenta con financiación del Ministerio de Economía y Competitividad, de la Diputación Foral de Álava y de la Junta de Castilla y León. Su presupuesto ronda los 59.000 euros, y el equipo de investigadores lo completan profesionales del CENIEH, la Universidad del País Vasco y estudiantes de diferentes grados y máster. Las excavaciones se han iniciado este pasado lunes y concluirán el 4 de agosto, esperando alguna “sorpresa”, ha comentado Tarriño.