Parsec!, June Papineau y Juan Vallejo inauguran un nuevo ciclo expositivo en el CAB

Los tres artistas muestran sus últimas propuestas en sendas exposiciones que se podrán visitar hasta el 24 de septiembre

Se reflexiona sobre la espiritualidad, la naturaleza, nuestro presente y nuestro pasado, las pretensiones y las apariencias

Parsec!, June Papineau y Juan Vallejo inauguran un nuevo ciclo expositivo en el CAB Las exposiciones se han presentado esta mañana en el CAB. BC

El Centro de Arte Caja de Burgos (CAB) abre nuevo ciclo expositivo de la mano de Parsec!, June Papineau y Juan Vallejo, quienes expondrán sus nuevas propuestas artísticas hasta el próximo 24 de septiembre. Se trata de tres exposiciones que abordan de manera muy diferente la sensibilidad, la espiritualidad, la relación con la naturaleza, con lo que somos y con lo aparentamos ser y con la preocupación por nuestro territorio.

‘Parsec!: Masquerade Parsec!’ es el proyecto desarrollado por Parsec! (alter ego del artista zamorano Antonio Feliz), en el que  reflexiona sobre los protocolos de ocultación social y personal. A través del empleo de la máscara, un objeto cuyo fuerte carácter simbólico lo vincula con la celebración de numerosos rituales religiosos y profanos, Parsec! construye una explícita alegoría sobre la fábrica de la individualidad, la propia esencia y la transmisión de ideas y pensamientos. La propuesta incluye dibujos, pinturas de gran formato, bocetos y una instalación escultórica.

De la ocultación social a la mística religiosa pasando por la reflexión existencialista

Por su parte, June Papineau presenta ‘¿Chopo viejo! Has caído’. La artista suizo-americana parte de los versos de Federico García Lorca para un proyecto delicado proyecto que reflexiona sobre el paso del tiempo de la mano de un chopo nativo de los bosques aluviales del noroeste de Europa, en peligro de extinción, y que se encontró en la ribera del Ródano. Huyendo de la representación convencional de los botánicos, Papineau ha realizado un seguimiento del árbol, en dibujos, para tomar conciencia sobre su desaparición, su resistencia, sus necesidades…

Los dibujos en acuarela enfrentan al espectador directamente con su propia existencia. Dibujos realizados in situ, frente al chopo, entre 2011 y 2017, que se completan con las pieles del árbol, cáscaras vacías recubiertas de arcilla, que a Papineau le recuerdan a los cuadros del gran Francisco de Goya, por los cadáveres mutilados. Finalmente, en el CAB se puede visitar también ‘Doble espiral’, del burgalés Juan Vallejo, una propuesta que nace de su proyecto de restauración del mural Los Pecados Capitales de la abadía de San Pedro de Cardeña.

San Pedro de Cardeña en el CAB

Vallejo restauró en los años ’70 la bóveda de la escalera imperial y, cuarenta años después, ha vuelto al monasterio, un reencuentro con su pasado pictórico y personal que ha expresado en la doble espiral, como signo gráfico y elemento simbólico. El desarrollo completo del proyecto de Juan Vallejo se articula en torno a una serie de obras que de alguna manera abundan en este imaginario místico de los murales de San Pedro de Cardeña, en las contradicciones y las dialécticas religiosas y morales.

Las tres propuestas se podrán visitar hasta el 24 de septiembre

La pintura titulada Espiral-vínculo convive dialécticamente con la gran proyección del film realizado para esta muestra en el monasterio de Cardeña. A ellas se suman las esculturas de la serie Organum, la instalación Trillo-espiral y la pintura ‘La cena del Ausente. Apocalipsis’, un óleo de gran formato realizado en 2002 que será intervenido por el artista a la conclusión de la muestra. Pero sin duda una de las piezas más significativas de la exposición es el trabajo consagrado por el artista al Réquiem.

Un Réquiem mudo, de gran intensidad expresiva y poética, construido con pasión sobre las hojas de un libro descomunal. Trazado y anotado verso a verso, constituye un ejercicio de interiorización mística que Vallejo relaciona con la lectura de varios de sus poetas favoritos: Paul Celan, Juan de Yepes, Juan Gelman, Neruda, Pizarnik o Hölderlin, autores que conforman lo que el pintor llama su “anatomía cultural”. Un Réquiem surgido del gesto y del arrebato, que se expande por las paredes de la sala en un alegato de la creación íntima.