ALCER espera mantener su trabajadora social para impulsar el programa de voluntariado
La asociación de enfermos renales sigue adelante con su iniciativa a pesar de las trabas administrativas y se intenta aliar con Fedisfibur
Se busca contar con voluntarios que acompañen a los pacientes cuando acuden a diálisis, a fin de prestarles auxilio si tienen algún problema
En 2016 se registraron 17 donaciones y 12 trasplantes de riñón, y el dato negativo son los 34 fallecidos y los 4 trasplantados que perdieron la vida
El objetivo de 2016 era poner en marcha un programa de voluntariado para apoyar a los enfermos renales cuando acuden a diálisis. No ha sido posible, entre otras razones, por las trabas burocráticas. Sin embargo, la presidenta de la Asociación por la Lucha contra las Enfermedades Renales (ALCER), Alfonsa Illera, no tira la toalla. Para que la puesta en marcha de esta iniciativa sea más fácil, Illera ha contactado con Fedisfibur, la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Burgos (Fedisfibur). Y, además, tiene un as en manga.
La trabajadora social que ALCER pudo contratar el pasado año, y que seguirá prestando servicio al menos hasta junio, les servirá de refuerzo a la hora de acudir a la Junta con su iniciativa. Illera recuerda que se busca crear un programa de voluntariado, en el que los voluntarios acompañen a los enfermos renales cuando les toca diálisis. “No tienen que tocar al enfermo”, solo acompañarle y, si detectan que tiene algún problema, que se marea o se siente indispuesto, dar aviso a los médicos, los enfermeros o los auxiliares.
El programa de voluntariado requiere del visto bueno de la Junta y de un seguro para enfermos y voluntarios
Sin embargo, algo tan sencillo a simple vista requiere de unos trámites. Para empezar, ALCER tendrá que contratar un seguro que cubra tanto al voluntario como al enfermo asistido. Y, además, requiere de la autorización de la Junta de Castilla y León. Por ese motivo, Illera ha acudido a Fedisfibur, que cuenta con más trabajadores sociales y sus propios voluntarios, y la intención es que el proyecto salga adelante este año sí o sí. Para ello, ALCER necesita mantener también a su trabajadora social, y confía en contar con los fondos necesarios para renovarla en junio.
Con motivo de la Asamblea Ordinaria, celebrada esta mañana, Alfonsa Illera ha mostrado su satisfacción por el devenir de la asociación. Económicamente, como cualquier ONG, no pasan por buenos momentos. Sin embargo, tienen contratada a esa trabajadora social y, también, a una secretaria, lo que quiere decir que ALCER es una asociación con peso, insiste su presidenta. Su principal objetivo es estar cada vez más cerca de los afectados y mejorar la calidad de vida de los enfermos renales.
“Seguimos muriendo”
Este año, en Burgos ha fallecido 34 personas con enfermedad renal. Illera ha recordado que, en su mayoría, son personas mayores que, además, tienen otras patologías asociadas (problemas de corazón, de pulmón, de hígado…). Lo peor es que cuatro trasplantados también han perdido la vida. “El avance ha sido enorme”, reconoce la presidenta, tras recordar aquellos años en los que los pacientes de Burgos tenían que viajar a Cruces (Vizcaya) o Madrid para recibir diálisis, muchos no podían y acababan muriendo.
Por lo que se refiere a los trasplantes, se han registrado 17 donaciones y 12 trasplantes de riñón. No todas las familias autorizan a trasplantar todo los órganos, o no todos los órganos están en condiciones de ser trasplantados. Y hay que respetar la voluntad de las familias, ha insistido Illera, a pesar de que el principal objetivo del enfermo (y del médico) es trasplantarse. El donante de mayor edad en Burgos tenía 89 años, y su hígado y sus globos oculares se pudieron utilizar para respectivos trasplantes.