El comité de empresa de Garoña celebra el dictamen del CSN, pero pide “prudencia”
El comité de empresa de la central recuerda que el dictamen del CSN es solo un trámite que debe ser ratificado por el Ministerio de Energía
Confían en que la empresa considere viable la operación de la planta
La de ayer fue una buena noticia, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Así al menos lo asegura Pedro San Millán, portavoz del comité de empresa de Garoña, que ha hecho suyo el sentir de la plantilla, asegurando haber recibido el dictamen del CSN con “satisfacción” y “optimismo”, pero también con ciertas reservas e incluso “prudencia”. Y es que, subraya, todavía no se ha certificado nada, sino que el dictamen del CSN es “un paso más” que debe ratificarse en los “dos próximos asaltos”.
El comité considera que la decisión del Ministerio debería basarse en criterios meramente técnicos
El primero tendrá como protagonista al Ministerio de Energía, que en los próximos seis meses deberá decidir si concede la licencia de actividad o si por el contrario la deniega. A juicio de San Millán, la decisión debería basarse en criterios meramente técnicos, esos que han derivado en el beneplácito del CSN. Sin embargo, la experiencia es un grado y el portavoz del comité no se atreve a aventurar el resultado del debate. “No me voy a meter en política”, ya que es “impredecible”, subraya al tiempo que recuerda que el Gobierno de Zapatero decidió limitar la actividad de la planta a cuatro años cuando los informes técnicos avalaban su operación durante una década.
Pero a mayores, la decisión final corresponde a Nuclenor, que deberá determinar si le sale a cuenta invertir en las mejoras exigidas por el CSN para seguir operando. Fuentes del sector plantean una inversión total de más de 150 millones de euros, una cantidad “muy alta”, pero también “asumible” por parte de las empresas propietarias de Nuclenor, según el portavoz de la plantilla.
Sea como fuere, desde el comité insisten en que una marcha atrás por parte de la compañía “sería decepcionante”. No en vano, subraya San Millán, durante los últimos 4 años se ha estado trabajando sin descanso en la preparación de la solicitud y concesión de la licencia. De momento, lo único que pueden hacer los más de 400 empleados que todavía hay en la central (245 de Nuclenor y 175 de empresas auxiliares) es esperar y seguir ejecutando el mantenimiento de los equipos, reconoce.