Inspección de la UBU recomendó apertura de 8 expedientes disciplinarios en el curso 2015/2016

El Servicio de Inspección tuvo que intervenir en 11 “actividades extraordinarias” por quejas o denuncias contra docentes

En tres casos se propuso apertura de expediente disciplinario por falta grave o muy grave y en otros cinco se trataba de falta leve

La UBU presenta los datos del último ‘barómetro’ con un 97% de cumplimiento de obligaciones y un 1,43% de sensación de pérdida de clase

Los profesores de la Universidad de Burgos cumplen en un 97 por ciento de las ocasiones con sus obligaciones docentes. La cifra es “muy satisfactoria” y, lo que es más importante, el porcentaje se mantiene estable curso académico tras curso académico, como lo demuestra el último informe del Servicio de Inspección de la UBU. Sin embargo, eso no quiere decir que la Institución Académica no tenga que hacer frente a ciertas “incidencias”, que en algunos casos acaban derivando en la apertura de expedientes disciplinarios.

Por lo que respecta al curso 2015/2016, cuyo informe se ha conocido esta mañana en el Consejo de Gobierno, el Servicio de Inspección tuvo que intervenir en 11 “actividades extraordinarias”, ante quejas o denuncias presentadas contra personal docente y de investigación por parte de alumnos, compañeros o agentes externos. Tres de ellas acabaron con la propuesta de apertura de expediente disciplinario por falta grave o muy grave, mientras que en otros cinco casos lo que se propuso fue expediente por falta leve. Dos se cerraron sin expediente y la última está todavía en fase de estudio.

Los resultados del informe de Inspección son ligeramente más favorables que los del curso anterior

Las cifras son ligeramente mejores que las de años anteriores y, en general, una tendencia a la mejoría que se ha visto impulsada por la propia creación del Servicio de Inspección, ha asegurado José María Cámara, vicerrector de Personal Docente e Investigador. El responsable académico ha asegurado que están “satisfechos” con los resultados en cuanto a cumplimiento de las obligaciones, y que será difícil mejorar ese 97 por ciento, el dato más alto de toda la serie histórico, desde que se analiza el trabajo del profesorado.

Por otra parte, en el Consejo de Gobierno también se han conocido los resultados del UBU Barómetro correspondientes al segundo semestre del curso 2015/2016, encuesta con la que los alumnos valoran la calidad del servicio que se presta en materia educativa. Cámara ha recordado que se refleja la “percepción del alumnado”, que no siempre coincide con la realidad. De este modo, los estudiantes sienten que pierden un 1,43 por ciento de sus clases, ante la ausencia de profesor, la no suplencia y la no recuperación.

¿Perdemos tiempo?

En el 97,4 por ciento de las ocasiones, el docente titular imparte la clase con normalidad, pero cuando está ausente no se le suele suplir y, en muchos casos, no se llega a recuperar la lección perdida. Los centros que presentan un porcentaje más elevado de percepción de pérdida de clase son Humanidades y Comunicación (4 por ciento), Educación (2,33 por ciento) y Politécnica (1,98 por ciento). Frente a ellos, las facultades de Ciencias, Derecho o Económicas, sin sensación de pérdida lectiva.

El alumno siente que en un 13,5% de las ocasiones la clase se inicia con retraso

Otro de los aspectos que analiza el UBU Barómetro es la puntualidad con la que empiezan y terminan las clases. En un 73 por ciento de las ocasiones, el profesor es “rigurosamente” puntual, mientras que en un 13,5 por ciento se detecta un cierto déficit (se empieza con retraso), y ese déficit es más acusado en un 3,6 por ciento de las ocasiones. A destacar que Derecho y Educación presentan los mayores registros del inicio de las clases con retraso y que en Humanidades y Comunicación es donde se dan las situaciones más graves de retrasos o pérdida de tiempo.

Al mismo tiempo, en un 10 por ciento de las ocasiones el profesor imparte más tiempo del oficialmente establecido, sobre todo en las facultades de Ciencias y en la Politécnica. Finalmente, los alumnos ofrecen su peor evaluación al servicio de tutorías que, a juicio de Cámara, está “obsoleto”. Los profesores “ponen mucha voluntad”, pero el funcionamiento del alumnado ha cambiado y muchos de ellos se comunican con los docentes vía correo electrónico o acaban concertando citas fuera del horario de tutoría.