El Pleno del CSN aplaza la decisión sobre la reapertura de Garoña
La consejera Cristina Narbona ha solicitado aplazamiento para analizar en mayor profundidad la documentación
El órgano podría emitir dictamen en una semana y todo indica que sería favorable a autorizar la licencia solicitada
Habrá que esperar, al menos, una semana más. El Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha dejado sobre la mesa la toma de decisión sobre el futuro de la central nuclear de Santa María de Garoña, a petición de uno de los consejeros, que ha solicitado el aplazamiento del debate para analizar con mayor profundidad la documentación entregada. De este modo, el órgano colegiado, formado por presidente y cuatro consejeros, continuará en su siguiente sesión estudiando la solicitud de Nuclenor de renovación de la autorización de la explotación hasta 2031.
Tras una semana con los expedientes en su poder, todo apuntaba a que el Pleno del CSN podría emitir dictamen en este martes, pero Cristina Narbona (PSOE) ha solicitado el aplazamiento que permiten los estatutos del CSN. Eso sí, los miembros del Pleno han analizado “en detalle” la información, explican fuentes del órgano a través de nota de prensa. En concreto, los documentos a examen comprenden 167 informes de evaluación, 20 actas de inspección y 23 actas de reunión, elaboradas por 16 áreas técnicas, que han dedicado al expediente de Garoña unas 30.000 horas.
Se habla de una licencia condicionada a inversiones que podrían alcanzar los 150 millones
Una información que, de momento, tiene carácter de “reservada”, si bien todo parece indicar que los técnicos no habrían puesto ningún impedimento a la reapertura de la nuclear. Eso sí, se trataría de una autorización condicionada a la realización de una serie de inversiones, que podrían alcanzar los 150 millones de euros. El pasado viernes, el secretario del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, pronosticaba que Garoña podría reabrir sin acometer la totalidad de las inversiones y que, además, la autorización no tendría límite temporal.
Y es que Nuclenor, propietaria de Garoña, solicitó en 2014 licencia para continuar explotando la central nuclear 17 años más, hasta 2031, lo que supondría ampliar la vida útil de las centrales nucleares, establecida hasta el momento en 40 años. La nuclear burgalesa lleva parada desde diciembre de 2012 y su futuro está en manos, en primer lugar, del Consejo de Seguridad Nuclear, cuyo pleno se volverá a reunir la próxima semana. Si emite dictamen favorable a autorizar la licencia, quedará en manos del Gobierno central la decisión definitiva, que será política.