CGT no se fía de las declaraciones de Trump sobre congelación del TTIP
El sindicato que ha liderado en Burgos las protestas contra el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) considera un “charlatán” al nuevo presidente de los EE.UU
Desde CGT defienden que ellos siempre han estado por abrir las fronteras y el libre comercio, pero para todo el mundo y con justicia
Las elecciones norteamericanas y la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos podrían haber hecho un gran favor a la Confederación General del Trabajo (CGT) y otras organizaciones que llevan años luchando por que el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) no se firme. El nuevo presidente de EE.UU no está por la labor de firmar el Tratado con la Unión Europea y es algo en lo que coincide con CGT.
Cerezo: “dudo mucho de la honestidad de esas declaraciones”
Sin embargo, no deja de ser algo anecdótico, explica Néstor Cerezo, miembro de CGT. Coincidir en que el TTIP no se lleve a cabo es el único punto coincidente de dos formas de ver el mundo opuestas. No por eso Cerezo se alegra de la elección de Trump, al que considera un “charlatán”.
Además, explica: “dudo mucho de la honestidad de esas declaraciones”, indica Cerezo, quien añade “salvo el puro lenguaje, creo que no coincidimos en absolutamente nada”. No en vano, para Cerezo, “Trump o Jean-Marie Le Pen representan a lo más casposo de la política. Es el retornar a situaciones de exclusión y rechazo a todo lo que es diferente”.
Por otro lado, Cerezo defiende la postura de CGT contra el TTIP asegurando: “Por mucho que digan, nosotros no estamos en contra de la globalización o del libre comercio. Nosotros estamos porque se abran las fronteras y porque los intercambios comerciales sean justos“.
Y es que CGT tiene dos cosas muy claras, que las normas de ese libre comercio las deben poner los trabajadores y que las fronteras no solo deben acabarse para los capitales, también para las personas y para las ideas. Si el TTIP cumpliese estas dos máximas el sindicato respaldaría la construcción de esos puentes entre Estados Unidos y Europa, algo que, desde la llegada de Trump, parece cuanto menos difícil.