La cosecha de miel en Burgos cae a la mitad en una campaña “mediocre”
La recolección de miel de brezo en Las Merindades se queda por debajo el 50% y el mielato de roble ha sido “pobre”
La temporada de miel de tomillo y mil flores se considera “tirando a buena” gracias a una primavera y verano benévolos
Los apicultores están preocupados por el futuro de las colmenas y la competencia desleal de los productos chinos
La cosecha de miel en la provincia presenta datos muy negativos. Ha sido una campaña mala, con una caída media de la producción del 50 por ciento, aunque con “excepcionalidades por encima y por debajo”. De acuerdo con los datos que maneja Juan Carlos Merino, de UCCL Burgos, la miel de brezo se ha recogido por debajo de esa media, es decir, la pérdida de producción supera el 50 por ciento, salvo en las zonas más altas del norte de la provincia. Mientras que la cosecha de mielato de roble ha sido “pobre” y la de tomillo, “aceptable”.
Merino asegura que La Demanda es la comarca más desfavorecida en la campaña de 2016. La primavera fue “revuelta, climatológicamente hablando”, y le siguió un verano muy seco, lo que derivó en que los robles segregasen mucho menos mielato de lo habitual, según las experiencias de los apicultores de la zona. Por el contrario, la primavera y el verano fueron más benévolos con las producciones de miel de tomillo y mil flores en las zonas de Miranda de Ebro, La Bureba, Lerma o Aranda de Duero.
La miel de brezo se está convirtiendo en “exótica” dada su cada vez más escasa producción
De este modo se puede considerar que 2016 ha sido un año “tirando a bueno” en la cosecha de miel de tomillo, y justo en el polo opuesto se encuentra la miel de brezo, que se está convirtiendo además en una miel “exótica” debido a su escasa producción. Merino recuerda que el cambio climático, los desórdenes meteorológicos, tienen un efecto “innegable” en la reducción de las producciones de miel, pero especialmente en el caso de la miel de brezo, oro líquido muy preciado en la zona norte de Burgos.
Precisamente, los apicultores de Las Merindades califican la campaña de “mediocre” en términos generales. Llovió durante la floración y, además, se ha vivido una sequía muy fuerte durante todo el verano y parte del otoño, así que las colmenas han perdido producción, salvo en contados casos, en los que se ha juntado “suerte y casualidad” y se han conseguido cosechas aceptables. En la zona de Sotoscueva, las producciones se han acercado a lo “normal”, pero en las zonas más bajas han caído por debajo del 50 por ciento. Y en Valle de Losa ha habido poca miel.
Colmenas
Por otra parte, los apicultores burgaleses están preocupados por la salud de las colmenas. La lluvia a destiempo acabó con muchas de las colmenas existentes, lo que redujo la producción, pero los calores del verano y el otoño también han afectado al futuro colmenero. Juan Carlos Merino explica que no se ha recolectado polen suficiente para garantizar abejas de invierno en cantidad y condición nutritiva adecuadas para “una exitosa invernada”, y de hecho ya se están registrando las primeras bajas.
Además, un invierno templado podría suponer la puntilla, ya que se producirá un mayor desgaste de las abejas. Y a todo ello hay que sumarle dos complicaciones más. Los golpes del avispón asiático, que tiene monopolizada la comarca de Las Merindades y amenaza con extenderse al resto de la provincia; y el bajo precio de la miel fruto de la competencia desleal de las denominadas “eufemísticamente” mieles chinas de baja calidad, que en realidad son jarabes de azúcar de arroz, denuncia este representante de UCCL Burgos.