Los gestores de Patrimonio Mundial, preocupados por el impacto de estos bienes

Un centenar de responsables de los diferentes bienes reconocidos por la UNESCO celebran en Burgos el X Encuentro de Gestores de Patrimonio Mundial

Conciliar la conservación del patrimonio con la habitabilidad de las ciudades y su desarrollo urbanístico y turístico es el mayor reto al que se enfrentan en la actualidad

Un centenar de responsables de los 45 bienes declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en España se han citado en Burgos durante los próximos tres días para celebrar el X Encuentro de Gestores de Bienes. En esta cita se tratará de evaluar el impacto patrimonial de estos bienes en su entorno, algo que preocupa a los gestores por ser el mayor reto al que se enfrentan en la actualidad. Y es que la conciliación de la conservación del bien, principal responsabilidad de los gestores, con el crecimiento urbanístico y turístico de la ciudad en la que se encuentra no es fácil.

En este sentido, la subdirectora adjunta de Patrimonio Histórico Español del Ministerio de Educación Cultura y Deporte, Esther Rodríguez, ha destacado la importancia de esta cita que sirve para dialogar y conocer experiencias de conservación exitosas entre los Patrimonios Mundiales de otros países, puesto que participan algunos conferenciantes extranjeros.

No en vano, España es el tercer país con un mayor número de bienes declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con 45. En Castilla y León se encuentra 8 de ellos y Burgos cuenta con tres, la Catedral, los Yacimientos de Atapuerca y el Camino de Santiago, que es compartido.

Tendencia UNESCO

Resulta evidente que España, en concreto, y Europa, en general, cuentan con una gran parte de los bienes Patrimonio de la Humanidad, lo que supone un desequilibrio que la UNESCO está tratando de corregir desde hace años. Y es que para el organismo, la lectura que se extrae del perfil más habitual de los bienes es un complejo arquitectónico de origen religioso occidental.

Por ello, ahora mismo, la UNESCO tiene una mayor sensibilidad hacia el patrimonio más moderno que se encuentra en países con escasa densidad de bienes declarados Patrimonio Mundial, según ha explicado Esther Rodríguez.