Un grupo de universitarios depura la Ley de la Memoria Histórica

La Asociación Universitaria Derechos Humanos y Memoria Pública lleva varios meses trabajando sobre el callejero burgalés, identificando calles que vulneran la Ley 52/2007

Hasta el momento, la asociación ha identificado siete calles, solo en la capital, que no respetan la legislación

El gran cambio de nombres de las calles y avenidas que hacían mención a golpistas se realizó en 1999, bajo el mandato de Ángel Olivares

Un grupo de universitarios depura la Ley de la Memoria Histórica Julio Sáez de la Hoya es considerado el primer golpista asesinado en la provincia. IAC

Analizar el callejero de Burgos al completo y encontrar nombres de calles que vulneren, a simple vista, la Ley 52/2007, más conocida como Ley de la Memoria Histórica no es fácil. Sin embargo, un grupo de estudiantes y titulados de la Universidad de Burgos (UBU) y otras universidades de Castilla y León, que conforman la Asociación Universitaria Derechos Humanos y Memoria Pública, se han puesto manos a la obra para depurar todo lo posible un callejero burgalés que aún hoy vulnera la ley.

Julio Sáez de la Hoya es la primera de un total de 7 calles ya identificadas, que vulneran la Ley de la Memoria Histórica

Así, la Asociación dispone ya de siete calles que incumplen los artículos de la Ley de la Memoria Histórica y los irán dando a conocer, semana a semana, hasta final de año. La primera en publicarse ha sido la calle Julio Sáez de la Hoya, que recuerda al “primer falangista de la provincia que, en aras del ideal, dio su vida por la salvación de la Patria en la pasada campaña de liberación”, según se explica en un documento que descansa en el Archivo Municipal de Burgos.

La vulneración de la Ley resulta evidente pero los protagonistas de este proyecto no siempre han encontrado notas tan claras que permitan demostrar que calles que con nombres de simpatizantes del Régimen, incumplen la Ley de la Memoria Histórica. Este es uno de los motivos por los que desde la Asociación Universitaria Derechos Humanos y Memoria Pública reclaman ayuda externa entre los numerosos historiadores burgaleses, que permita incrementar tanto el ritmo de búsqueda, identificación y demostración de las calles, como el radio de actuación, queriendo, en algún momento, poner el foco en la provincia.

Sin embargo, este trabajo resulta “más difícil de lo que pensábamos”, según reconoce Sandra Albo, una de las ocho personas de la Asociación, que está desarrollando esta tarea desde el pasado mes de marzo. De ahí que un apoyo externo puede permitirles aumentar un informe que, sin más pretensión que tratar de recuperar el nombre original de la calle, en el caso de que existiese, se hará público y entregará a los grupos municipales del Ayuntamiento de Burgos para que obren en consecuencia.

Depurando el gran cambio

Este informe, desarrollado por la Asociación, viene a ser un filtrado más preciso de la acción que llevó a cabo en 1999 el Ayuntamiento de la ciudad, encabezado por Ángel Olivares. Entonces, 18 importantes calles y arterias principales de la ciudad mudaron sus nombres.