Clemente: “La decisión sobre la deuda del Consorcio es la adecuada”
El nuevo presidente de la Fundación Caja de Burgos, Ginés Clemente, considera que el Ayuntamiento ha adoptado la decisión acertada con el Consorcio
Asume el reto de potenciar el crecimiento de la Fundación en base a las líneas estratégicas establecidas por el equipo de José María Leal
Se muestra optimista por el futuro económico de la provincia
Llega con prisa, pero con decisión, como su verbo. Ginés Clemente es un hombre ocupado. Y desde hace unas semanas, todavía más. El reconocido empresario mirandés, responsable del Grupo Aciturri, asumió hace apenas unos días la Presidencia de la Fundación Caja de Burgos, una entidad a la que conoce a la perfección tras muchos años de colaboración, y ya ha comenzado a trabajar en su consolidación. Para ello, asegura, tomará como referencia lo desarrollado hasta ahora, potenciando las líneas estratégicas marcadas tiempo atrás e intentando que la Fundación siga creciendo.
De momento, el nuevo presidente ya se ha quitado una preocupación de encima. El Ayuntamiento aprobaba el viernes el convenio para la reestructuración de la deuda del Consorcio del Desvío Ferroviario, facilitando así la “mejor solución” posible y abriendo la puerta a nuevas vías de entendimiento en el Consorcio de Villalonquéjar. De todo eso y mucho más charló Clemente con BurgosConecta.
Usted tiene el reto de consolidar la Fundación.
Es un reto apasionante, pero esta casa cuenta con magníficos profesionales que son los que van a conseguir consolidar la Fundación.
¿Cómo se ha fraguado su nombramiento?
Soy presidente porque me votaron mis compañeros del Patronato.
Pero para llegar a ese punto, algo tuvo que hacer.
“Ser presidente de Caja de Burgos era uno de los sueños de mi vida”
Claro. Yo me tuve que presentar. Y lo hice porque quería ser presidente de Caja de Burgos. Es una entidad a la que tengo un especial cariño y es un verdadero honor ser su presidente. Son muchas cosas las que esta casa nos ha dado a nosotros. Ahora, yo quiero devolver algo de todo eso y colaborar en consolidar este proyecto y verle crecer. Es uno de los sueños de mi vida.
Eso suena un poco a fichaje de gran equipo de fútbol, ¿no?
Puede, pero es cierto. He querido ser presidente de esta institución porque la quiero y la respeto muchísimo. Además, hay unos enormes profesionales y un plan estratégico elaborado por el anterior Patronato con el que yo comulgo totalmente.
¿Eso significa que su mandato será continuísta?
Absolutamente. Las cosas que funcionan no hay que tocarlas, sino potenciarlas y no estorbar.
¿Podría destacar alguna de las líneas de actuación?
No podría destacar ninguna sobre el resto, ya que todas son importantes. De hecho, las líneas básicas son solo dos: seguir incrementando los servicios tradicionales y apoyar el emprendimiento y el crecimiento de nuestras pymes. Esas dos líneas son las que nos dan la capacidad de contribuir con la sociedad.
Para desarrollar ese plan hacen falta recursos. ¿Algún planteamiento nuevo en este sentido?
“Esta casa cuenta con magníficos profesionales”
No. La Fundación no tiene que ser una consumidora de recursos, sino una generadora de recursos. A partir de ahí, seguiremos teniendo un presupuesto similar, de entre 14 y 15 millones de euros. Alrededor del 50 por ciento de todo ello llega a través de los dividendos por la participación en CaixaBank y la otra mitad llega por los ingresos de la propia actividad de la Fundación. Ese es el escenario actual, aunque nuestra ambición sería poder financiar la totalidad de la actividad con recursos propios.
Ese, en todo caso, sería un objetivo a largo plazo, ¿no?
Quizá, pero los objetivos a largo plazo se tienen que ir consiguiendo poco a poco. Es necesario que en el día a día se vayan alcanzando metas. Y en esas estamos.
Puede sorprender que un industrial asuma la presidencia de una entidad como Caja de Burgos.
¿Por qué?
Quizá porque no sea el perfil habitual para este tipo de cargos.
“Es bueno tener los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas”
La mayoría de los industriales tenemos una característica clave, que es tener los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas, y eso es muy bueno para desarrollar cualquier actividad, incluida esta. Como el mercado nos obliga a ser muy competitivos y nos pone todos los días en nuestro sitio, si seguimos creciendo es porque hacemos las cosas bien sin despegar los pies en el suelo. Además, una parte muy importante de la actividad de Caja de Burgos tiene que ver con el desarrollo de la industria de la provincia.
¿Aporta quizá otro perfil a la Fundación?
Yo creo que quien marca de verdad el perfil de cualquier institución es la gente que trabaja en ellas. Y las personas que trabajan aquí están muy arraigadas al territorio, comprometidas con el proyecto y son capaces de adelantarse a los cambios. No, no creo que mi presencia cambie el perfil de Caja de Burgos.
¿El hecho de que el presidente de Caja de Burgos sea un empresario de la provincia y no de la capital significa algo?
Pues es la primera vez que me preguntan algo así. No creo que sea importante que sea de Miranda, Burgos, Gamonal, Aranda o Lerma. Al final, la entidad financiera de referencia desde que tengo uso de razón ha sido Caja de Burgos, y ahora, por razones lógicas, CaixaBank, tanto aquí como en Miranda y el resto de la provincia. No creo que signifique nada especial.
Antes hablaba de crecimiento. ¿En qué ámbito?
Los crecimientos siempre se deben realizar en círculos concéntricos, por aquello del aprovechamiento de las economías de escala. Lo de crecer mucho, muy rápido y muy lejos suena muy glamuroso, pero a la larga no funciona. Nuestra actividad se centra en la provincia, y a partir de ahí, nuestro crecimiento debe ir enfocado en nuestro entorno, sin límites, pero siendo realistas. Los bolsillos no son de goma y los recursos limitadas.
¿Está satisfecho con la relación entre la Fundaciòn y CaixaBank?
“El éxito de CaixaBank será nuestro éxito”
Absolutamente. El éxito de CaixaBank será nuestro éxito. Nosotros somos accionistas del banco, por lo que nuestro interés es que a CaixaBank le vaya formidablemente bien y debemos procurar que así sea. Tenemos que colaborar con ellos. A partir de ahí, la relación es magnífica, incluso en el ámbito personal, aunque lógicamente, en algún momento aparecerá algún roce, pero mi trabajo es echar aceite sobre él.
¿Y en cuanto a la representación dentro de los órganos de gobierno de CaixaBank?
Eso forma parte de los acuerdos que se alcanzaron en su día. Además, donde esté José María Leal, estarán bien defendidos los intereses de Caja de Burgos.
¿No se solapan a veces la actuación de la Obra Social “la Caixa” con la de la Fundación?
Todo puede mejorar en la vida, pero ahora mismo yo no veo ningún problema. Las dos entidades trabajamos por nuestra cuenta y además hay acuerdos para realizar acciones conjuntas. Siempre estaremos encantados de que La Caixa dedique a la Obra Social de Burgos cuantos más recursos mejor. De hecho, trabajaremos para que haya más, sea con nosotros o por su cuenta.
La Fundación tiene abiertos varios frentes, incluido el del Consorcio para la Variante Ferroviaria. ¿Está satisfecho con la solución adoptada?
“La Fundación ha trabajado codo con codo con el Ayuntamiento en el Consorcio”
Ese es un problema muy importante por el impacto económico que tiene sobre el Ayuntamiento de Burgos. Lo que ha hecho la Fundación en todo momento ha sido trabajar codo con codo con el Ayuntamiento para intentar buscar soluciones a ese problema y en ese papel va a seguir, aunque quien tiene que tomar las decisiones es el Ayuntamiento. Mi consejo es que les dejemos un poquito en paz para que los grupos políticos, en el ejercicio de su derecho, obligación y responsabilidad, tomen las decisiones que deban tomar. A partir de ahí, creo que la decisión adoptada es la adecuada, ya que permite comprar tiempo.
¿Hay espacio para la negociación a futuro?
No conozco al detalle ese aspecto, pero por los términos de la negociación intuyo que no hay mucho margen. Creo que ya se está al límite. Sea como sea, Caja de Burgos estará siempre a disposición del Ayuntamiento para ayudarle.
¿No hay un conflicto de intereses por el papel de la Fundación en el Consejo Rector del Consorcio y de CaixaBank como acreedora?
No. De verdad. La decisión final compete al Pleno del Ayuntamiento.
Pero ustedes tienen voz y voto en el Consejo.
Sí. Y ahí siempre nos hemos puesto del lado del Ayuntamiento, al que hemos apoyado en todo momento. No hay ni conflicto de intereses ni dobles intenciones ni nada por el estilo.
¿Y el Consorcio de Villalonquéjar? Parece otra bomba a punto de estallar.
“Hay que comprar tiempo para solucionar el problema de los consorcios”
La situación es distinta, ya que quizá haya más margen de maniobra. Hay que tener en cuenta que todo esto es consecuencia de la crisis que hemos pasado y que la gente que puso en marcha los consorcios no se esperaban. Nadie de los que estamparon entonces su firma lo hicieron para jorobar los intereses del Ayuntamiento. A partir de ahí, tenemos posibles soluciones sobre la mesa que eviten un quebranto importante para el Ayuntamiento. Esos terrenos tiene un valor, y con tiempo, en una ciudad como Burgos que genera empleo, esos activos recuperaran su precio de mercado.
¿Eso quiere decir que apuestan por una vía similar a la planteada para el otro Consorcio?
Sí, claro. Hay que comprar tiempo y mirar hacia adelante.
¿Cómo va el proceso judicial abierto por los expatronos tras la conversión en Fundación bancaria? ¿Afecta eso en algún modo al trabajo que se le acaba de encomendar?
Hasta donde yo sé, eso está judicializado, pero ni siquiera sé si está recurrido. La verdad, no creo que haya ningún problema, entre otras cosas porque, en esta casa, como en todas, aceptaremos lo que digan los tribunales, nos guste o no nos guste. No es algo que me preocupe.
Dejando a un lado su papel de nuevo presidente de la Fundación y regresando al de industrial. ¿Cómo ve el futuro económico de la provincia?
Todavía hay dudas sobre la recuperación, pero nos tenemos que acostumbrara vivir en la incertidumbre.
¿Eso no da vértigo?
“Nos tenemos que acostumbrar a vivir en la incertidumbre”
Puede, pero tenemos que tener claro que el mundo cambia de manera constante. Antes se decía que el mundo es de los fuertes, pero el meteorito aquel que acabó con los dinosaurios nos demostró que el mundo es de los que se saben adaptar, de los que se adelantan a los cambios. Eso es precisamente lo que persigue la innovación y la industria 4.0 y en ese camino tenemos que estar.
¿Y los burgaleses nos sabemos adaptar?
Yo creo que sí. Que Burgos tenga menos de un 9 por ciento de paro no es casualidad. Eso es porque mucha gente, incluida Caja de Burgos, apostaron en su momento por una industria potente. Si hemos conseguido salir adelante con la crisis que hemos pasado, podremos seguir haciéndolo cuando las cosas se recuperen, que se recuperarán. Seguir en esa línea es la clave.