Una burgalesa busca artistas entre los refugiados de Grecia para un proyecto cultural en España
Beatriz Sanz y su pareja Daniel Yonte, gallego, viajan este domingo a Atenas para poner en marcha el Proyecto Palmira
La iniciativa pretende encontrar a artistas refugiados para ofrecerles una residencia artística de tres meses en España
Cuentan con la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas, impulsora del centro en el que se realizará la estancia
La idea surgió como trabajo fin de máster tras una experiencia solidaria protagonizada por la pareja en Lesbos, que les dejó “tocados”

El concepto es inspirador. La cultura como refugio. La creación artística como instrumento de integración, clavo ardiendo al que agarrarse cuando uno es protagonista de uno de los episodios más tristes de la historia de la humanidad. No son “castillos en el aire”. El Proyecto Palmira tiene muy buenos cimientos, los que ofrecen Beatriz Sanz y Daniel Yonte, una pareja de burgalesa y gallego que han decidido abandonar su vida en Bristol (Reino Unido) para dar esperanza a los refugiados que se encuentran varados en Grecia.
El objetivo es encontrar a artistas y creadores refugiados para ofrecerles una residencia artística de tres meses en España. En concreto, en el Centro Cultural La Harinera (Pedro Muñoz, Ciudad Real). La instalación impulsada por la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas, que colabora con el Proyecto Palmira, servirá de punto de encuentro para que estos artistas intercambien experiencias, amplíen sus conocimientos, desarrollen sus habilidades o, simplemente, se inspiren en nuevas realidades.

Beatriz y Daniel colaboraron con los bomberos voluntarios de Castilla y León. BC
Y, este fin de semana, Beatriz y Daniel ponen en marcha su iniciativa. Hoy domingo 6 de noviembre inician viaje a Atenas, donde estarán hasta el 21 de diciembre. Mes y medio que tienen cubierto, económicamente hablando, con sus propios ahorros, esos que han conseguido tras años de duro trabajo en Inglaterra. Buscarán creadores de cualquier disciplina, pintura, música, teatro, literatura, danza, fotografía…, mientras ayudan directamente a los refugiados, bien en los edificios autogestionados griegos, bien a través de las numerosas ONG’s instaladas en el país.
Beatriz y Daniel están emocionados, ilusionados, y es que vuelven ¡por fin! a Grecia, ocho meses después de su primera experiencia solidaria en Lesbos, los antecedentes del Proyecto Palmira. Beatriz explica a BurgosConecta que visitaron la isla griega en marzo, como voluntarios independientes. La idea había surgido en Navidades cuando, a través de una amiga común, Beatriz se puso en contacto con uno de los bomberos que, de la mano de ONG Bomberos de Castilla y León, iba a viajar a Lesbos a prestar su ayuda.
La pareja decidió probar suerte y programó un viaje de diez días la primera semana de marzo. Para financiarlo, y llevar ayuda económica al lugar, organizaron un crowdfunding. Consiguieron recaudar 3.000 euros, de amigos y familiares, pero también de amigos de amigos. Incluso desconocidos les aportaron importantes cantidades, confiando en que su dinero tendría un uso adecuado y serviría para ayudar a los miles de refugiados que pasaban por Lesbos camino del continente.

La realidad es triste y frustrante, pero también enriquecedora. BC
Tristeza, frustración y solidaridad
En la isla, Beatriz y Daniel trabajaban de cinco de la mañana a diez con los Bomberos de Castilla y León en labores de salvamento (o de avistamiento de balsas en el mar). A continuación, prestaban su apoyo como voluntarios independientes en un campamento autogestionado, atendiendo a niños principalmente. Y por la tarde, se desplazaban al ferry que utilizaban los refugiados para salir rumbo a Atenas, para colaborar con REMAR en el reparto de comida, comprada con sus propios fondos.
Beatriz reconoce que la experiencia es “muy triste pero gratificante”. Y al mismo tiempo “frustrante”, ya que la única solución viene de la mano de decisiones políticas. Los voluntarios, las ONG’s palían el drama, pero el cambio real debe ser político. Es “impactante”, sobre todo cuando llegas y ves por primera vez los campamentos o las filas de refugiados que quieren entrar en el ferry. “Te destroza física y psicológicamente” pero, a la vez, te ofrece la posibilidad de conocer mucha gente, “buena gente”, asegura la burgalesa.

Beatriz y Daniel (izquierda) en su primer viaje a Grecia. BC
Y tan “tocados” les dejó el viaje a Lesbos que Beatriz estuvo cinco meses consecutivos soñando con volver. Así que, ni corta ni perezosa, la pareja española decidió dar un giro a su vida. Tras cuatro años en Bristol era el momento de plantearse si quedarse o volver a España y, la verdad, les apetecía mucho más volver a Grecia. Y aprovecharon una iniciativa que surgió como proyecto de fin del máster que Beatriz estaba haciendo con la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas.
Si artistas de todo el mundo disfrutan de estancias artísticas a modo de intercambio de experiencias, ¿por qué no van a poder hacer lo mismo los artistas refugiados? Así que el proyecto ya está en marcha y, aunque se financia íntegramente con los ahorros de estos jóvenes, quien quiera colaborar económicamente puede hacerlo. La Fundación ha habilitado una cuenta (ES42 1491 0001 2330 0006 2975) que permite que cada donación desgrave, un aliciente más para ayudar a un proyecto solidario del que BurgosConecta estará muy pendiente.
(Las fotografías que acompañan este reportaje proceden de las cámaras desechables que Beatriz y Daniel llevaron a Lesbos en marzo)