La cultura como “vector” del desarrollo humano frente a conceptos de ocio y lujo

La UNESCO asegura que la cultura facilita el desarrollo del individuo y es un elemento clave de sus subsistencia

Es necesario desligar cultura de conceptos como ocio o lujo para que no se considere un extra prescindible

La cultura como “vector” del desarrollo humano frente a conceptos de ocio y lujo El Foro de la Cultura sigue reuniendo a grandes profesionales. PCR

La cultura contemporánea y su aportación al desarrollo sostenible ha sido una de las líneas de reflexión abordadas esta tarde en el II Foro de la Cultura, que ha inaugurado esta mañana la activista congoleña Caddy Adzuba. La mesa redonda ha estado protagonizada por la directora de Creatividad de la UNESCO, Jyoti Hosagrahar, y el poeta Enrique Andrés, quienes han hablado sobre la contribución de la cultura al ser humano y las características actuales de los bienes, servicios y productos culturales.

Jyoti Hosagrahar ha defendido la consideración de la cultura como parte fundamental del desarrollo del ser humano, de su subsistencia, frente a un concepto más recreativo y de bien de lujo, que lleve a pensar en la cultura como un extra del que se puede prescindir. La UNESCO mantiene unos compromisos y convicciones a favor una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva, lo que se consigue solo impulsando el desarrollo humano, desde una perspectiva que va más allá del ámbito económico.

La cultura contribuye a la cohesión social, la diversidad cultural y la paz

La cultura no es algo puramente recreativo, sino que contribuye al desarrollo individual, la cohesión social, la diversidad cultural e, incluso, a la paz y la seguridad en el mundo. Sin embargo, Hosagrahar ha reconocido que para conseguir estos efectos es necesario desligar cultura de los conceptos de ocio y lujo, haciendo que forme parte de la vida, de la subsistencia. “Si dejamos que la cultura siga en el ámbito del lujo, del ocio y de lo recreativo, la gente seguirá pensando en ella como un extra”, ya que lo primero será la alimentación o la vivienda.

Por su parte, Enrique Andrés ha recordado que la cultura tiene sus propios problemas de sostenibilidad, más allá de contribuir al desarrollo sostenible. En una cultura de masas, en una sociedad de masas, la industria de la cultura facilita el acceso a bienes, productos y servicios culturales que “antes estaban más restringidos”. Sin embargo, ese efecto igualador puede producir una rebaja en las exigencias de calidad del producto final, de tal modo que la cultura deja de cumplir ese objetivo de “cultivar el espíritu”.