Dos monjes de Silos fusilados por su pertenencia a Montserrat, nuevos beatos de Burgos

José Antonio Gómez, de Hacinas, y Antolín Pablos Villanueva, Lerma, fueron beatificados ayer en La Almudena

La Iglesia reconoce también el martirio de Rafael Alcocer y Luis Vidaurrázaga, asesinados ‘in odium fidei’

Los cuatro monjes procedían de Santo Domingo de Silos pero fueron fusilados por su pertenencia a la comunidad de Montserrat

José Antón Gómez procedía de Hacinas. BC
José Antón Gómez procedía de Hacinas. BC

José Antón Gómez procedía de Hacinas. BC

La Catedral de la Almudena de Madrid acogió ayer la ceremonia de beatificación de cuatro monjes benedictinos de Santo Domingo de Silos, dos de los cuales eran de origen burgalés, que murieron martirizados ‘in odium fidei’ en el Monasterio de Montserrat durante la persecución religiosa vivida en los primeros meses de la Guerra Civil. El acto estuvo presidido por el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos de la Santa Sede, el cardenal Angelo Amato, en representación del Papa Francisco.

Antolín Pablos era de Lerma. BC

Antolín Pablos era de Lerma. BC

Los beatificados son José Antonio Gómez (Hacinas), Antolín Pablos Villanueva (Lerma), Rafael Alcocer (Madrid) y Luis Vidaurrázaga (Bilbao). Todos ellos fueron asesinados en 1936 como miembros de la comunidad religiosa benedictina de Montserrat, a la que llegaron desde el Monasterio de Santo Domingo de Silos. El padre José Antonio Gómez disolvió la pequeña comunidad, compuesta por siete miembros, al estallar la Guerra Civil. Se refugió en casa de unos amigos, pero acabó fusilado el 25 de septiembre en Madrid.

Por su parte, Antolín Pablos fue asesinado en noviembre, en San Fernando de Henares (Madrid), y Rafael Alcocer, que también buscó refugio en casa de un amigo en Madrid, murió martirizado el 4 de octubre. El último de los beatos en morir fue Luis Vidaurrázaga, quien estuvo inicialmente encarcelado. Luego le excarcelaron, pero le volvieron a descubrir y acabó fusilado el 31 de diciembre. Los restos de los cuatro mártires de la Iglesia Católica responsan en el Monasterio de Montserrat.