La escultura pintada de María Oriza se expone en el CAB

El Centro de Arte Contemporáneo Caja de Burgos muestra el dominio de la cerámica que tiene la artista arandina

La exposición ‘Fortaleza derramada’ está basada en formas geométricas que aportan infinitas formas, dependiendo de la perspectiva con la que se observen

La escultura pintada de María Oriza se expone en el CAB Maria Oriza observa una de las obras que componen 'Fortaleza derramada'. IAC

La curiosidad y la perspectiva del espectador hará de ‘Fortaleza derramada’ una exposición íntima y personal. Así podría resumirse la nueva muestra de la artista arandina María Oriza que acogerá hasta el Centro de Arte Contemporáneo Caja de Burgos (CAB) hasta el 29 de enero de 2017.

La cerámica, la pintura, el volumen y la sombra son los elementos que componen la obra de Oriza

Oriza emplea la cerámica blanca para elaborar composiciones que, a través de composiciones geométricas evocan, tanto a elementos naturales, como abstractos. Y es que, cada una de las piezas que componen una obra forman infinidad de lecturas e interpretaciones que la autora espera que evoquen a los recuerdos del espectador.

A su vez, la colocación de las piezas en el espacio genera una imagen más compleja que obliga a detenerse delante de la obra y contemplarla desde diferentes planos y distancias. Esto se debe a la curiosidad que despierta la cerámica y su tratamiento.

La formación de la artista ribereña le ha llevado a decantarse por la cerámica para crear, después de haber utilizado diferentes materiales. Esta cerámica en tonos claros es pintada, de forma que la pintura también forma parte trascendente de sus composiciones. Sin embargo, no emplea esmaltes o tratamientos más complejos que apliquen brillos y diferentes colores.

En este sentido, según a destacado Javier del Campo, director del CAB, Oriza es una artista metódica que comienza a preparar su obra con el más absoluto rigor de la planificación. Esto choca frontalmente con la “arbitrariedad” que ejerce el horno a la hora de cocer las piezas, generando una interesante dicotomía, asegura Del Campo.

La sombra, un invitado necesario

Después de mucho trabajar en la composición, Oriza se encuentra ante la inevitable sombra que proyectarán las voluptuosas piezas sobre el espacio en el que son expuestas. En algunos casos, esa sombra es un elemento principal para entender la obra y en otros, simplemente le aporta bellezaz y complejidad, gracias a la agradecida proyección de los elementos geométricos.