29-26. Regreso a la senda de la victoria

El Villa de Aranda se resarce de las dos últimas derrotas y suma una trabajada victoria frente a un Guadalajara que no se dio nunca por vencido

Los de Senovilla no consiguieron terminar de cerrar el partido hasta el final

29-26. Regreso a la senda de la victoria El Villa de Aranda regresará al Príncipe de Asturias. GIT

El Villa de Aranda regresó hoy a la senda de la victoria tras imponerse en un partido muy trabajado al BM Guadalajara, que consiguió mantenerse dentro del partido hasta los últimos compases, en los que el conjunto ribereño a punto estuvo de tirar por la borda todo el esfuerzo realizado hasta ese momento. Los hombres de Senovilla no terminaron de sentenciar el choque en ningún momento y Amérigo tuvo que aparecer en el último minuto para asegurar la victoria.

Ficha Técnica

29 -Villa de Aranda (13+16): Amérigo (p), Montserrat (1), Moscariello (2), ‘Bicho’ (1), Ortega (2, 1p), Iker Antonio (1), Moyano (8, 1p) -siete inicial-; Ledo (ps), Bojicic (6), Adrián Fernández (-), Petter (-), Megías (2), Amorim (1), Torres (-), Nantes (5), Manu (-).

26 – Guadalajara (10+16):  Hombrados (p), Márquez (7), Montoya (7), Bozalongo (3), Moya (3, 2p), Sedano (-), Padilla (2) -siete inicial-; Cheli (ps), Mellado (1), Alberto Sanz (-), Eceolaza (-), Mikel Redondo (-), Estebas (-), Cándido (3).

Parciales: 3-1, 5-3, 6-5, 7-8, 10-9, 13-10 (descanso); 15-11, 16-13, 20-16, 22-20, 25-22, 29-26 (fin del partido).

Árbitros: Fernández Pérez y García Rodríguez (Colegio Andaluz). Expulsaron a Moscariello con roja directa (min.24). También excluyeron dos minutos a Petter y Bojicic por el Villa de Aranda y a Coloma, Estebas y Padilla por el Guadalajara.

Incidencias: Partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga Asobal disputado en el pabellón Príncipe de Asturias ante unos 1.100 espectadores.

Afrontaba el Villa de Aranda el partido con la necesidad de volver a sumar tras dos derrotas consecutivas. Los de Senovilla están dejando muestras de buen balonmano en este arranque liguero, pero a las puertas de su visita al Palau Blaugrana se antojaba vital sumar ante un Guadalajara que se plantó en el Príncipe de Asturias con idénticos guarismos a los de los ribereños y sin complejos.

Senovilla, que planteó un juego mucho más dinámico con Torres en vez de Adrián en la elaboración y sin Nantes en la primera línea, vio cómo sus hombres se ponían por delante en el marcador por la vía rápida. Tres paradas consecutivas de Amérigo, que rayó a un gran nivel durante toda la tarde, permitieron al Villa de Aranda endosar un parcial inicial de 3-0 que acabó pesando mucho a los hombres de César Montes.

Y eso a pesar de que el conjunto alcarreño ajustó sus líneas tras un prematuro tiempo muerto y consiguió despertar lo justo como para igualar el encuentro mediado el primer tiempo (6-6). Apenas unos minutos después, Cándido, que se estrenaba con la camiseta alcarreña, ponía a su equipo por delante en el marcador (7-8), encendiendo las alarmas del Príncipe de Asturias. No en vano, el resultado no era sino el fiel reflejo de la empanada del Villa de Aranda, que durante unos minutos naufragó en un mar de errores no forzados y lanzamientos demasiado precipitados.

Senovilla lo vio claro y decidió dar más protagonismo a Adrián y Nantes, y el escenario volvió a cambiar. El concurso de ambos, y la mejoría del juego en el pivote provocaron una reacción que se acabó materializando en dos buenos parciales que volvieron a lanzar al conjunto ribereño en el marcador al filo del descanso (13-10). Sí, el juego no estaba siendo excelso, pero el equipo estaba manteniendo la compostura ante un Guadalajara intermitente y demasiado dependiente del acierto de Montoya y Márquez. La peor noticia para los de Senovilla fue la expulsión de Moscariello, que tuvo que marcharse a la ducha en el 24 por un codazo en defensa.

Tras el paso por vestuarios, el Villa de Aranda profundizó en su apuesta, regresando al sintético con un punto más de tensión para incrementar su ventaja hasta los cuatro goles (15-11) en los primeros compases. Sin embargo, y a pesar de la solidez defensiva desplegada por momentos, el conjunto ribereño se mostró incapaz de romper el partido. Y oportunidades tuvo, pero lejos de darse por vencido, el Guadalajara acabó defendiéndose cual gato panza arriba, manteniéndose en todo momento dentro del partido.

Eso sí, los hombres de César Montes protagonizaron un auténtico quiero y no puedo. Y es que, cuando mejor lo tenían para reducir diferencias a la mínima expresión, también marraron la oportunidad. El concurso de Márquez, imparable en la segunda mitad, no fue suficiente, aunque no faltó el picante en los últimos minutos, en los que el Villa de Aranda a punto estuvo de pagar muy caras dos absurdas pérdidas en ataque. Pero ahí estaban Amérigo y Bojicic para destrozar cualquier sueño de remontada.