1-1. Un empate para acabar con la maldición de Montilivi
Un gol de Aurtenetxe en el 83 permite al Mirandés empatar, mantener su condición de invicto y, de paso, acabar con la maldición de Montilivi
El Girona dispuso de ocasiones suficientes como para llevarse el choque, pero los hombres de Terrazas aguantaron y volvieron a sumar
Un gol de Aurtenetxe cuando el partido encaraba la recta final permitió hoy al Mirandés prolongar su racha y acabar, al menos en parte, con la maldición que arrastraba en Montilivi, donde no había sido capaz de sumar un punto ni marcar un solo tanto desde que milita en Segunda División. Los hombres de Carlos Terrazas fueron capaces de aguantar el chaparrón de los catalanes y consiguieron reponerse del golazo de Borja para mantener su condición de invictos, que les hace dormir unos días más en puestos de promoción.
Ficha Técnica
1 – Girona: Bono; Ramalho, Alcalá, Juanpe (Amagat, min.72); Cifu, Pere Pons, Borja García, Portu, Coris (Saúl, min.77); Cristian Herrera y Sandaza (Longo, min.68)
1 – Mirandés: Sergio Pérez; Moreno, Fran Cruz, Aurtenetxe; Provencio, Eguaras (Rúper, min.33), Néstor, Kijera; Sangalli, Abdón Prats (Bustos, min.59) y Pedro (Guarrotxena, min.54).
Goles: 1-0, min.53: Borja; 1-1, min.83: Aurtenetxe.
Árbitro: Figueroa Vázquez (Comité Andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Eguaras y Fran Cruz por el Mirandés.
Incidencias: Partido disputado en el estadio municipal de Montilivi de Girona ante 3.588 espectadores.
Llegaban ambos equipos al choque en dinámicas contrapuestas. El Mirandés, tras acumular cinco jornadas sin conocer la derrota y con la confianza que da ganar a todo un Rayo Vallecano, mientras que el Girona venía de firmar su peor arranque liguero en Segunda División. Los hombres de Mahcín, que la temporada pasada se quedaron a las puertas del ascenso, no están teniendo los resultados esperados y necesitaban sumar los tres puntos para recuperar parte del crédito perdido. A todos esos alicientes se les sumaba el hecho de que el Mirandés siempre había sido derrotado en Montilivi y que ambos equipos cuentan con una clara propuesta ofensiva.
Con todos esos ingredientes se preveía un partido intenso, de alternativas y entretenido para el espectador que, eso sí, comenzó dominando el Girona. El conjunto catalán saltó al césped mejor posicionado y con las ideas más claras en la línea de creación. Hombres como Portu, Cristian o Sandaza movían con criterio la pelota ante un Mirandés bien organizado en tareas defensivas y muy vertical cuando recuperaba el balón.
En ese escenario, fue Borja el primero en probar fortuna con un lanzamiento cruzado que se marchó desviado en el 8. Ya en el 17, a punto estuvo el Girona de inaugurar el marcador con una jugada ensayada a la salida de un córner que acabó muriendo en la orilla cuando lo tenía todo a favor. Sin embargo, las mejores ocasiones del conjunto catalán llegaron de las botas de Cristian, que intentó batir a Sergio con un duro disparo lejano en el 23 y con un libre directo que se marcharon desviados por poco.
Por su parte, el Mirandés apenas fue capaz de incomodar a la defensa local. Eguaras, que abandonó el campo en el 33, se vio superado en el centro del campo y no consiguió distribuir el juego como en él es habitual, mientras que hombres como Néstor y Sangalli se estrellaban una y otra vez contra la zaga catalana. Sólo Pedro, con un par de internadas y un gran lanzamiento bien atajado por Bono en la escuadra del segundo palo, consiguió generar peligro sobre la portería rival antes de que el partido entrara en una fase mucho más trabada, en la que ni uno ni otro consiguieron combinar con claridad.
Tras el paso por vestuarios, fue el Girona el encargado de asumir el control del choque. Los hombres de Machín profundizaron en su dominio del centro del campo, asumiendo todo el protagonismo en la elaboración y anulando la zona de creación del Mirandés. Y en esas llegó el primero de la noche. Tras una clarísima ocasión de Sandaza, Borja cazaba un balón en la frontal del área, se acomodaba el lanzamiento y se inventaba un derechazo imparable que se coló por la escuadra de Sergio. Un golazo que hacía al Mirandés recordar viejos fantasmas.
Dominio y empate
A partir de ahí, sólo hubo un equipo sobre el campo: el Girona, que pudo incrementar su ventaja en varias ocasiones. Sandaza por dos veces, Crsitian y Longo lo probaron de diferente manera, pero ya fuera la falta de puntería o el concurso de Sergio entre palos, el segundo gol no terminaba de llegar. El propio Longo marró en el 77 la más clara del partido, al mandar a las nubes un remate a puerta vacía.
Y de lo que pudo ser el 2-0 se pasó, casi sin querer al empate. Cierto es que Guarrotxena ya había probado con un disparo desde dentro del área que se marchó alto, pero también es cierto que el Mirandés apenas había generado peligro. Sin embargo, en el 83, Rúper abría en profundidad para Aurtenetxe, que se había quedado en los alrededores del área rival tras un saque de esquina. Lejos de ponerse nervioso, el defensa midió el desmarque con tiralíneas, controló y batió a Bono con una frialdad propia de un delantero centro.
Ese gol supuso una auténtica bofetada para el Girona, que acababa de ver cómo su falta de contundencia le había costado un empate que ya no consiguió alterar a pesar del asedio que protagonizaron los hombres de Machín sobre la portería del Mirandés en los últimos compases. Y es que, una vez más, la figura de Sergio se alzó para mantener el resultado y, de paso, romper las estadísticas. En apenas unos días, el Mirandés intentará mantener la racha frente al Tenerife en Anduva. De momento, las sensaciones son buenas.