Los buitres negros vuelven a la Sierra de la Demanda con el proyecto Monachus

El Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) inicia la reintroducción del buitre negro en el Sistema Ibérico

La jaula de aclimatación de Huerta de Arriba recibió ayer cuatro ejemplares adultos procedentes de los centros de recuperación de fauna salvaje

Convivirán con Zolorro, un pollo criado en cautividad, y todos ellos se liberarán para otoño del próximo año, a fin de que formen colonia propia

Los buitres negros vuelven a la Sierra de la Demanda con el proyecto Monachus Juste introdujo a Zolorro el pasado agosto. GREFA

El proyecto Monachus de reintroducción del buitre negro en el Sistema Ibérico del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) en Huerta de Arriba ya está en marcha. Aprovechando la celebración del Día Internacional de los Buitres, GREFA introdujo ayer cuatro ejemplares adultos de buitre negro, procedentes de los centros de recuperación de animales salvajes que tiene distribuidos por diferentes puntos del país, y que vienen a hacer compañía a un pollo criado en cautividad, que llegó el pasado 23 de agosto.

La bióloga responsable del proyecto, Lorena Juste, ha explicado que se trata de los cinco primeros buitres negros que entran en la jaula de aclimatación construida en el Cerro Salegar, y en la que los ejemplares vivirán entre nueve y doce meses. Será el próximo otoño, el de 2017, cuando estos buitres negros puedan ser liberados, con el objetivo de iniciar una comunidad que sea al menos tan exitosa como la conseguida en Pirineos, con cincuenta ejemplares, doce parejas y seis pollos, ha recordado Juste.

Las últimas nidificaciones documentadas de buitre negro en la provincia datan de los ’60

El proyecto Monachus surgió a principios del 2000, con el objetivo de recuperar la presencia de buitres negros en el Sistema Ibérico. En Burgos, las últimas nidificaciones documentadas datan de los años ’60, así que tras analizar varias localizaciones, se optó por Huerta de Arriba, en la Sierra de la Demanda, que cuenta con un hábitat “muy favorable”. Sin embargo, el proyecto se ha ido retrasando, ya que GREFA se ha centrado en la reintroducción del buitre negro en los Pirineos.

Liberación en 2017

En 2015, Lorena Juste se trasladó a Huerta de Arriba y, un año más tarde, la jaula de aclimatación ya está preparada y acaba de recibir a sus primeros inquilinos. Cuatro ejemplares adultos, dos hembras y dos machos, eran introducidos ayer viernes. Se trata de ejemplares que han sufrido algún tipo de accidente o lesión, ha recordado Juste, y a los que su paso por los centros les ha salvado de una muerte segura en la naturaleza. GREFA cuenta con este tipo de centros en Castilla y León, Castilla La Mancha, Galicia, Cantabria, Valencia, Madrid y Extremadura.

Los animales se quedarán hasta el próximo otoño en la jaula y, para garantizar que una vez liberados no abandonen el territorio, se cuenta con un punto de alimentación en el recinto de la jaula. El objetivo es que los buitres asimilen que existe alimentación en la zona, ya que la podrán ver ellos mismos y, lo más importante, atraerá a otros ejemplares que estén de paso. Y es que los buitres son animales con tendencia a retornar a sus lugares de crianza, así es que la recolonización natural no es fácil.

Zolorro se criará bajo un modelo combinado de crianza campestre en nido y aclimatación

El proyecto Monachus contempla la introducción de otro grupo de buitres negros, que llegará a finales de septiembre, y de un pollo criado en cautividad, que se introdujo el pasado 23 de agosto. Lleva por nombre Zolorro y será objeto de experimentación con un modelo combinado de crianza campestre en nido y aclimatación, que le permitirá salir en libertad dentro de un año. Solo cuando esté preparado, ha insistido Juste, para garantizar que se adapta al entorno sin problemas.

En todos los casos, los animales estarán anillados y contarán con un emisor para su localización GPS una vez sean liberados, a fin de poder realizar un seguimiento de su adaptación al entorno. Además, Juste ha recordado que los sistemas de control permitirán detectar si los buitres han sufrido algún problema, si han sido víctimas de un disparo o han resultado envenenados. Y es que el envenenamiento has sido la principal causa de desaparición de estas aves carroñeras, que se encuentran casi extinguidas en toda Europa.

Quebrantahuesos y alimoches

La bióloga del GREFA ha explicado que el proyecto, financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, la Junta y la Fundación Patrimonio Natural, cumple además con dos objetivos secundarios. Servirá para trabajar en la recuperación de otra especie desaparecida desde los años ’50 en la provincia, el quebrantahuesos, y en la conservación del alimoche. Todo ello combinado con un trabajo de sensibilización para que los vecinos de Huerta se vuelquen con el proyecto, como lo hicieron ayer, cuando más de 100 personas participaron en el Día de los Buitres.