Los pendones de la Merindad de Río Ubierna se citan mañana en Masa
La localidad de Masa acoge mañana la fiesta de la Merindad, a la que están convocados los vecinos de toda Merindad de Río Ubierna
Habrá desfile de pendones, actividades culturales y verbena nocturna
El páramo de Masa es algo más que una llanura yerma a un millar de metros de altura en la que la crudeza del invierno endurece a los lugareños. También es un lugar de paso, un cruce de caminos en el que la hospitalidad es seña de identidad. Así lo cuentan sus piedras, que narran la presencia de visitantes ilustres, como el general Wellington, que pernoctó allí en plena Guerra de la Independencia. Y en ese escenario, dominando todo un vasto territorio, se encuentra la localidad de Masa, que además de dar nombre al páramo, mañana acogerá la Fiesta de la Merindad.
Masa no acogía la Fiesta de la Merindad desde 2001
Allí se han dado cita los pendones de los diferentes pueblos que conforman la Merindad de Río Ubierna, cuyos vecinos se juntan una vez al año para profundizar en su hermanamiento y agasajar al visitante. Tal y como marca la tradición, la jornada comenzará al filo del mediodía con la recepción de autoridades, que dará paso al simbólico saludo de los pendones representativos de cada una de las localidades. Más tarde, se celebrará la procesión y la misa, con la que concluirán los actos matutinos.
A partir de ahí arrancará la fiesta más profana. Comida popular, una exposición fotográfica, actividades infantiles y juegos tradicionales. Y por la noche, la verbena. Que no falte la música y el buen humor en una cita que ya cuenta con una historia de casi dos décadas y que cada año se celebra en una localidad diferente. La última vez que le tocó a Masa fue en 2001.
Impulso vecinal
Desde entonces, mucho ha cambiado el pueblo, que en estos años ha seguido luchando contra la despoblación e incluso ha visto la creación de nuevos negocios que, además, parecen ir viento en popa. Y todo eso gracias, según aseguran desde la localidad, al esfuerzo desinteresado de los propios vecinos, que colaboran día a día por mantener vivo el pueblo.