Doce detenidos y quince kilos de hachís incautado en una gran operación antidroga
La Policía Nacional y la Guardia Civil ponen punto y final a una operación conjunta que ha permitido la desarticulación de un grupo dedicado al tráfico de hachís
Se han intervenido más de quince kilos de hachís, así como numeroso dinero en efectivo, cinco vehículos y un arma de fuego semiautomática
La Policía Nacional y la Guardia Civil acaban de culminar la mayor operación contra el tráfico de hachís desarrollada en la provincia de Burgos este año. Una operación que se ha saldado con la desarticulación de una banda criminal arraigada en la provincia, la detención de una docena de integrantes de la misma -ocho de ellos ya están en prisión provisionalmente- y la incautación de más de quince kilos de hachís, así como otros estupefacientes, dinero en efectivo, teléfonos móviles e incluso un arma de fuego semiautomática.
La banda criminal, que traía el hachís desde el norte de África, actuaba en la capital y la provincia
Tal y como ha explicado esta misma mañana el subdelegado del Gobierno en Burgos, José María Arribas, en la operación, denominada ‘Renacimiento-Mouth’, han participado en los últimos meses agentes del Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de la Policía Judicial y del Equipo de delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil como resultado de dos investigaciones independientes que en abril confluyeron en una sola. La coincidencia de uno de los principales sospechosos en ambas investigaciones propició una colaboración que finalmente se ha materializado en una operación desarrollada en tres fases.
Ambas investigaciones se iniciaron por separado a raíz de la sospecha fehaciente de la presencia de un grupo organizado que se dedicaba a suministrar de hachís a los pequeños vendedores de la capital y la provincia en su conjunto. A raíz de las primeras pesquisas se consiguió detener a tres personas en Burgos cuando transportaban cuatro kilos y medio de hachís desde Almería. La droga venía dividida en bellotas y estaba oculta en el doble fondo del vehículo en el que viajaban los detenidos. La vigilancia a la que venían siendo sometidos permitió que el coche lanzadera que les acompañaba no sirviera de nada, siendo parados por los agentes.
Además de hachís, en esa primera fase de la operación se incautó un arma de fuego semiautomática cargada y preparada para su uso en caso de necesidad. Un arma que, eso sí, los detenidos no llegaron a usar, gracias a la rápida intervención de los agentes. El arma, de un calibre de 9 milímetros, había sido previamente sustraída de una galería de tiro en San Sebastián de los Reyes.
Nuevas detenciones
A raíz de aquellas primeras detenciones, y una vez que las dos investigaciones había confluido en una sola gracias a la unificación de casos por parte de los juzgados que las estaban tramitando, Policía y Guardia Civil procedieron a desarrollar una segunda fase en la que se detuvo a tres colaboradores de la red criminal, dos de ellos en la capital provincial y otro en una localidad de La Bureba.
Los doce detenidos son de nacionalidad magrebí y española
Finalmente, en las últimas semanas se ha procedido a la tercera y definitiva fase, en la que han sido detenidos otros cinco miembros de la banda, así como el cabecilla de la misma. En el momento de la detención, tres de ellos portaban en el interior de su cuerpo más de kilo y medio de hachís cada uno que tardaron tres días en expulsar completamente.
Asimismo, los agentes han procedido a realizar varios registros en diferentes inmuebles controlados por el jefe de la banda, que aparentemente llevaba una “vida normal” con su familia en Burgos. En dichos registros se han encontrado otros cinco kilos de hachís, así como numeroso dinero en efectivo y varios teléfonos móviles. Adicionalmente, también han sido intervenidos cinco vehículos utilizados frecuentemente por la banda criminal.
Medidas de seguridad
Según ha explicado José Manuel García Pérez, jefe de grupo de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, la mayoría de los detenidos son ciudadanos de origen magrebí, aunque también hay varios españoles. Todos ellos, incluido el jefe del clan, intentaban actuar con mucho disimulo en su día a día y tomaban fuertes medidas de seguridad para no ser descubiertos, lo que a la postre ha “dificultado” la investigación.
El modus operandi de la banda criminal era sencillo. Los ‘muleros’ introducían la droga en España a través de los puertos del sur procedente del norte de África. Desde allí, trasladaban el hachís, dividido ya en bellotas, hasta una suerte de piso franco localizado en una localidad de la comarca del Arlanza, donde los ‘muleros’ expulsaban la droga de sus cuerpos durante varios días. A partir de ahí, el hachís, que en ningún momento era tocado por el jefe por seguridad, era distribuido entre los pequeños vendedores de la capital y la provincia. En este sentido, ha añadido García Pérez, se ha investigado a “casi todos” los pequeños traficantes de la ciudad.