La implantación de la receta electrónica avanza sin problemas en la provincia
Los farmacéuticos destacan que apenas se han registrado problemas dos meses después de la implantación de la receta electrónica en el conjunto de la provincia
Se optimizan recursos y se mejora la gestión de los tratamientos
Hasta dentro de algún tiempo no se tendrá cubierta a toda la población
Sin apenas contratiempos. Así se está desarrollando la implantación práctica de la nueva receta electrónica, que a finales del pasado mes de junio terminó de llegar a todas las farmacias de la provincia. Entonces, la Junta dio por concluido un proceso de adaptación que previamente se había iniciado en las farmacias del ámbito rural, continuando en Miranda y Aranda y finalizado en la capital provincia. Fruto de ese proceso, las más de 200 farmacias de la provincia llevan ya un tiempo operando con la receta electrónica. Y según los propios farmacéuticos, lo están haciendo sin problema.
La Junta finalizó la implantación del sistema en toda la provincia a finales de junio
Así, el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Burgos, Miguel López de Abechuco, asegura que, al margen de algún incidente muy “puntual” en algún lugar concreto, el servicio viene funcionando a la perfección durante los dos primeros meses. A este respecto, añade, los únicos problemas detectados se concentran en aquellos entornos rurales con mayores problemas de conectividad, puesto que el sistema exige de una mínima cobertura. Sin embargo, insiste, dichos problemas han sido excepcionales y, en la mayoría de los casos, se han solventado rápidamente.
A ello ha ayudado la experiencia acumulada en otras comunidades en las que la receta electrónica lleva ya algún tiempo funcionando, como Andalucía, donde el papel de las recetas prácticamente ha desaparecido después de varios años. Ese es precisamente uno de los grandes objetivos que perseguía la Administración Autonómica con la puesta en marcha del servicio, pero no el único.
Mejora y optimización
En este sentido, López de Abechuco subraya que la receta electrónica supone “una mejora” de la gestión a todos los niveles de los tratamientos y prescripciones médicas, sobre todo para enfermos crónicos. Hasta ahora, era habitual que éstos coparan las salas de consulta de Atención Primaria para recoger las recetas en papel y, de allí, ir a las farmacias a retirar los medicamentos. El nuevo sistema “agiliza” el proceso, generando un perfil único para cada paciente en el que tanto el médico como el farmacéutico tienen acceso a diferente información y pueden programar la prescripción de medicamentos.
Las recetas se registran en la propia tarjeta sanitaria
De esta forma, destaca López de Abechuco, se “optimizan los recursos”, ya que los médicos pueden programar recetas con varios meses de cobertura, permitiendo a los pacientes saltarse uno de los pasos y acudir con su tarjeta sanitaria directamente a la farmacia para continuar su tratamiento. Además, gracias a la información complementaria, farmacéutico y médico pueden cruzar opiniones a respecto del propio tratamiento.
En definitiva, todo son “ventajas”, aunque la adaptación requiere su tiempo. “Los pacientes no están dentro del sistema hasta que no van a consulta y se les emite la primera receta“, explica el portavoz de los farmacéuticos burgaleses. Así, y teniendo en cuenta que la implantación de la receta electrónica ha coincidido con el verano, el índice de cobertura es todavía muy pequeño, aunque se incrementa diariamente. En este ámbito, Miranda y Aranda se encuentran en una situación más avanzada que la capital provincial, donde la implantación ha llegado más tarde.
Papel vivo
Eso sí, el propio López de Abechuco insiste en que “el papel no va a desaparecer”, aunque su relevancia sea “testimonial” en un futuro. No en vano, existen situaciones, como las generadas con las visitas médicas a domicilio, en las que es más cómodo seguir utilizando el método de emisión tradicional.
A partir de ahí, “el próximo reto” pasa por “interconectar” todos los sistemas sanitarios para que la receta electrónica sea compatible en todo el territorio nacional, algo en lo que ya se está trabajando, según asegura el representante de los farmacéuticos burgaleses. Asimismo, los propios farmacéuticos están pendientes de la convocatoria de ayudas por parte de la Junta para colaborar en los gastos de adaptación que en muchos casos han tenido que afrontar para poder leer las bandas magnéticas de la tarjeta sanitaria.