Contador cumple los pronósticos y se lleva la Vuelta a Burgos
El ciclista madrileño del Tinkoff se redime de su mala experiencia en Burgos adjudicándose la victoria final por apenas un segundo de diferencia
Sergio Pardilla se llevó el triunfo en Neila y a punto estuvo de llevarse también el maillot morado a su casa, pero perdió la batalla con Contador por un segundo
Tenía que ser él. Alberto Contador se ha adjudicado esta tarde la victoria final de la Vuelta a Burgos tras entrar en segunda posición en la meta de las Lagunas de Neila y aprovechar la ventaja de 18 segundos que mantenía previamente con Sergio Pardilla, vencedor de la etapa. Y lo hizo por los pelos, ya que el triunfo final se dirimió por apenas un segundo. El que separó en la general a Alberto Contador del propio Pardilla y del belga Ben Hermans.
Contador era el gran favorito para el triunfo final desde que se anunció su participación
De esta forma, Contador conseguía redimirse de la mala experiencia vivida en Neila en 2006, cuando sufrió un desfallecimiento por el que acabó en el hospital. En esta ocasión, el ciclista madrileño se había erigido como principal favorito para la victoria final en plena preparación para la Vuelta a España y acabó ratificando los pronósticos, imponiéndose a todos sus rivales y finalizando la ronda burgalesa con muy buenas sensaciones.
Nervios y tensión en los primeros kilómetros de etapa. Tras cuatro días de carrera, todavía quedaba mucha tela por cortar y muchos objetivos por cumplir. Esa situación hizo que la salida de la etapa fuera vertiginosa. El ritmo infernal impuesto por los hombres del Canondale neutralizó todos y cada uno de los numerosos demarrajes que se registraron en los primeros kilómetros.
Tras varios intentos infructuosos, en el kilómetro 50 se consiguió consolidar la escapada de la jornada, formada en esta ocasión por Jhonatan Restrepo (Katusha), Cedric Pineau (FDJ), Giacomo Berlato (Nippo), Reinier Honig (Roompot), Ibai Salas (Burgos BH) y Omar Fraile (Dimension Data), que llegó a ser el líder virtual de la prueba durante muchos kilómetros.
El paso por las zonas más cómodas de la etapa facilitó que los fugados consiguieran incrementar su ventaja rápidamente. Sin embargo, todo hacía indicar que la etapa -y la clasificación general- se decidiría en las últimas rampas de Neila. Y así fue. En el primer paso por el Pasil de Rozavientos, el pelotón neutralizó la escapada, que no superó en ningún momento los tres minutos de ventaja. Fue entonces cuando comenzó la guerra de verdad.
Aventura italiana
Los primeros en intentarlo fueron Scarponi, Brambilla y Visconti. Los tres italianos coronaron Rozavientos en cabeza y con una diferencia que en el paso por Quintanar era de más de un minuto. No obstante, las buenas sensaciones que transmitió el trío de cabeza fueron insuficientes como para sentenciar la carrera. De hecho, en el segundo paso por el Collado, a falta de 12 kilómetros para meta, Scarponi decía basta y levantaba el pie del pedal. Poco más duraron sus dos compañeros, que apenas unos metros más allá fueron neutralizados por el grupo de los favoritos, que se había visto reducido a menos de una veintena de corredores. Entre ellos, Contador, Antón, Kennaugh o Rubén Fernández, entre otros.
Sin embargo, y para sorpresa de muchos, no sería ninguno de ellos el encargado de dinamitar la carrera. Fue Pardilla quien, a falta de 4 kilómetros para meta, conseguía saltar del grupo y marcharse en solitario. La apuesta era arriesgada, pero acabó siendo efectiva. Y es que, vista la indecisión del resto de perseguidores, el del Caja Rural fue ampliando su ventaja hasta alcanzar los 47 segundos de diferencia.
Victoria sin triunfo
En ese momento, él era el vencedor virtual de la Vuelta a Burgos, una situación que se mantuvo hasta casi la línea de meta. Pero por detrás llegaba Contador, que se había quedado sólo con Hermans en la persecución y cuya calidad acabó siendo determinante. El de Pinto se zafaba del belga a falta de 400 metros de meta con un fuerte demarraje y terminaba la etapa en segunda posición. Levantaba la cabeza y comprobaba que le había sobrado un segundo. Diferencia escueta, pero suficiente para añadir un nuevo triunfo a su palmarés y, de paso, dar lustre a la ronda burgalesa de este año.