10.675 viviendas y edificios cuentan con Certificados de Eficiencia Energética
Burgos es la cuarta provincia de la región con mayor número de inscripciones en el Registro de Certificados de Eficiencia Energética
La mayor parte de las certificaciones, 7.641, han correspondido a viviendas individuales en bloque, mientras que 676 han sido de locales
El certificado es un requisito obligatorio, no solo en nueva construcción, sino también para alquiler y venta de inmuebles
El Registro de Certificados de Eficiencia Energética de Castilla y León, que comenzó a funcionar en enero de 2012, tiene inscritos 10.675 edificios y viviendas de Burgos. La mayor parte de ellos, 7.641, corresponden a viviendas individuales en bloque, aunque caben destacar también los 982 adosados, las 455 viviendas aisladas y los 330 pareados que han cubierto este requisito, obligatorio en caso de nuevas construcciones, alquiler o venta de inmuebles. Igualmente, 676 locales y 223 bloques de vivienda han pasado por el registro.
Burgos es la cuarta provincia de la región con mayor número de inscripciones, tras Valladolid (16.925), Salamanca (12.355) y León (13.803). En Castilla y León la cifra de registros asciende a 73.315, un 89 por ciento de los cuales corresponden a pisos, bloques y chalés, de los que siete de cada diez han obtenido una calificación energética D o E en emisiones de dióxido de carbono. Solo un uno por ciento de los certificados emitidos ha correspondido a una calificación A, el máximo en eficiencia energética.
2014, año de récord
El Registro de Certificados de Eficiencia Energética nació en 2012, aunque solo con la obligatoriedad de expedir las credenciales en caso de nuevas construcciones. Fue en 2013 cuando el certificado se hizo imprescindible para alquilar o vender inmuebles, de ahí que en la provincia no se registrarse ninguna certificación en 2012. Sin embargo, un año más tarde se inscribieron 1.836 edificios y viviendas, siendo el 2014 el año con mayor actividad (por el momento), con 3.785 certificaciones. En 2015 fueron 3.186 y, en lo que llevamos de año, se superan las 1.800.
El certificado de eficiencia energética otorga una doble calificación energética a cada inmueble, que se mide en función de su consumo y de sus emisiones de dióxido de carbono a través de una escala que va de la A a la G, siendo A un indicador de máxima eficiencia (menor consumo y menores emisiones) y G, de mínima. En el ámbito regional, el 53 por ciento de las viviendas han obtenido una calificación E, y el 17,5 por ciento, la D.
Eso sí, existe un 23 por ciento de los casos en los que se han registrado calificaciones bajas, F y G. Solo un 6,2 por ciento de los edificios residenciales pueden presumir de excelencia energética. Y por lo que se refiere a locales e inmuebles de uso terciario, la mitad se mueve entre las calificaciones E, F y G, según los datos ofrecidos desde la Consejería de Economía y Hacienda, encargada de la gestión del registro regional.