Castilla y León, “ejemplo” de desarrollo rural inclusivo

El presidente del CERMI reconoce que la región presenta proyectos interesantes para personas con discapacidad en el medio rural

Se ofrece atención social, favoreciendo la autonomía y la independencia, pero también oportunidades laborales

Aspanias es “ejemplo” con su proyecto en Salas de los Infantes, que pretende expandir por toda la provincia en cinco años

Castilla y León, “ejemplo” de desarrollo rural inclusivo Aspanias busca soluciones globales para el colectivo. IAC

Castilla y León es un ejemplo de que las personas con discapacidad pueden vivir en el medio rural, realizarse personal y profesionalmente, si se garantizan recursos y oportunidades. Al menos así lo ve Luis Cayo, presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), quien ha participado esta mañana en una jornada sobre desarrollo rural organizada por Aspanias en Salas de los Infantes, para analizar el presente y el futuro de la atención a la discapacidad en los entornos rurales.

Cayo ha destacado que la comunidad cuenta con proyectos de desarrollo rural inclusivo, que crean oportunidades sin abandonar la atención social, y que se pueden “replicar”. Es el caso de la iniciativa de turismo rural impulsada en Béjar (Salamanca) por Asprodes,  que lleva por nombre ALTAIR, o del proyecto piloto de atención a dependientes de Aspanias en Salas de los Infantes. Ambas apuestas, de reciente creación, son “buenos ejemplos” de que se puede ofrecer una respuesta global a las necesidades de las personas con discapacidad, ha asegurado Cayo.

El “círculo virtuoso” pasa por cubrir necesidades sociales con personas con necesidades sociales

Aspanias se ha servido, por ejemplo, de la residencia de mayores San José para crear un servicio de atención especializada e individualizada a personas con discapacidad y dependientes en el medio rural. Siguiendo la estrategia regional de ‘En mi casa’, los usuarios mantienen su autonomía e independencia tanto si residen en el propio centro como si lo hacen en su domicilio. Se ofrecen servicios de centro de día, atención sanitaria y apoyo en tareas domésticas y, además, se da trabajo a personas en riesgo de exclusión social o con discapacidad.

Es el “círculo virtuoso”, ha insistido el presidente del CERMI, cubrir necesidades sociales especiales de la mano de personas con necesidades sociales especiales. Luis Cayo ha asegurado que la clave de que Castilla y León sea un ejemplo en desarrollo rural inclusivo es su tejido asociativo. Las asociaciones que trabajan con personas con discapacidad no se “mimetizan” con el entorno, centrándose únicamente en la atención a usuarios del medio urbano. Están “concienciadas” y se preocupan por el medio rural, así que mueven voluntades.

Prioridad

Y es que el tejido asociativo “prioriza” que las personas con discapacidad no se muevan de su entorno para conseguir soluciones a sus necesidades, ha asegurado José María Ibáñez, director gerente de Aspanias. “Vivir en el medio rural es una heroicidad”, dado que se unen las problemáticas generales de un entorno no urbano con las específicas de la discapacidad. Sin embargo, las organizaciones sociales “son resistentes al desaliento”, ha asegurado Ibáñez, y plantean soluciones de proximidad allí dónde no llegan las administraciones.

“Toca pasar a la acción, porque las personas con discapacidad no pueden esperar”, ha insistido. De ahí que, tras los diagnósticos pertinentes, se pongan en marcha proyectos como el de Salas de los Infantes. Una iniciativa que pionera de la que mana una hoja de ruta que incluye desarrollar iniciativas similares en toda la provincia a lo largo de los próximos cinco años. Atención a dependientes y personas con discapacidad, fomentado su autonomía, independencia y realización personal, y ofreciendo oportunidades a colectivos con necesidades especiales.