Una velada de boxeo, una competición deportiva, un proyecto social

Los chavales del Club de Boxeo Deportivo de Saltando Charcos ofrecen una velada de competición en Lerma

Forman parte del proyecto social ‘Educa Boxeo’, iniciado hace año y medio, y en el que participan 70 alumnos

Se trabaja con chicos en exclusión social, con problemas de comportamiento o consumo de alcohol y drogas

Una velada de boxeo, una competición deportiva, un proyecto social El Club Deportivo ofrecerá una velada de boxeo en Lerma. BC

El Club de Boxeo Deportivo de la Asociación Saltando Charcos “va dando sus frutos”. Un año y medio después de ponerse en marcha el proyecto deportivo y social ‘Boxeo Educa’, los chavales participantes han competido en Castilla y León, Cantabria, Asturias, País Vasco o La Rioja, con presencia en algunas de las competiciones más destacadas del panorama nacional. Sin embargo, les faltaba mostrar sus habilidades en Burgos, de ahí que se haya organizado una Velada de Boxeo en Lerma (19.30), en la que se darán a conocer a las “futuras promesas” de este deporte.

Demandaban un deporte de contacto cuya practica es inasequible en gimnasios y clubes privados

Óscar Caballero, de Saltando Charcos, ha recordado que ‘Educa Boxeo’ se puso en marcha cuando detectaron una gran demanda de práctica de un deporte de contacto. La oferta que se encuentra habitualmente en gimnasios o clubes deportivos no suele ser asequible para los chavales con los que trabajan desde la asociación, ya que muchos de ellos proceden de familias en exclusión social. Así que decidieron crear su propio club deportivo, y si bien está orientado a la competición, no olvida en ningún momento su componente educativo y social.

En estos momentos, Educa Boxeo cuenta con unos 70 participantes, entre chavales en exclusión social, adolescentes con problemas de comportamiento o consumo de drogas y alcohol y preadolescentes que buscan llamar la atención con esos mecanismo de mal comportamiento o abuso de sustancias, ha explicado Caballero. La práctica del boxeo exige un entrenamiento diario muy duro, marcarse unas rutinas, esforzarse y trabajar, sobre todo si se hace en clave de competición, lo que es muy positivo para los chavales.

Compromiso y autoestima

Comprometerse con una actividad, sentirse parte de un equipo, progresar, marcarse objetivos y conseguirlos… Sensaciones, sentimientos y realidades que son mucho más efectivas que cualquier charla a la hora de atajar problemas de desobediencia, incursiones en delincuencia o consumo de drogas. Además, entre los participantes se cuenta también con chavales que sufren acoso escolar, a los que formar parte de este proyecto les sube la autoestima, les hace sentirse menos desprotegidos y capaces de hacer frente al acosador.

La violencia no tiene cabida en el proyecto y los chavales están comprometidos con el proyecto

No se trata de darles una herramienta para que resuelvan el problema con la violencia, ha remarcado Caballero. Porque la violencia no tiene cabida en el Club Deportivo, aunque los críticos de la iniciativa no lo tengan tan claro. Los chavales se comprometen a no ser violentos, y en cuanto se detecta cualquier tipo de actitud inadecuada, se les expulsa. De todos modos, no hace falta llegar a esos extremos, dado que el entrenamiento exige tanta disciplina y esfuerzo que “salen con pocas ganas de pelearse” fuera del ring.

Y en el caso de los “macarras”, que llegan con ganas de montar bronca, acaban desapareciendo en pocos días. En el Club Deportivo son como una familia, ha asegurado Caballero. El buen ambiente es imprescindible ya que toca viajar todas las semanas para participar en las competiciones, en las que, por cierto, los resultados no están siendo nada malos. Y también hay muy buen rollo con aquellos que se han apuntado al club, fuera del programa, para recibir clases de boxeo. Personas de todas las edades y condiciones, ha explicado Caballero.