Atapuerca va uniendo las piezas del rompecabezas de la evolución humana
Los resultados obtenidos en las últimas campañas en los yacimientos de Atapuerca permiten comenzar a conectar las diferentes cronologías
Se confía en alcanzar el nivel TD6 de la Gran Dolina en tres o cuatro años
Continúa el estudio de la población de neandertales en la Cueva Mayor
Poco a poco, el rompecabezas va cobrando sentido. El avance en las excavaciones de los yacimientos de Atapuerca está permitiendo explorar nuevas vías de conocimiento sobre la evolución humana, un camino en el que cada uno de los yacimientos de la sierra cumple un papel que poco a poco va conectando con el del resto de cavidades. Bajo ese prisma general, la campaña de excavaciones de este año, que la semana pasada tuvo a la Reina Sofía como invitada de excepción, parte con grandes expectativas.
El año que viene podría concluir el trabajo en el nivel TD10 de la Gran Dolina
El propio José María Bermúdez de Castro, codirector del proyecto investigador, subrayaba esta mañana la “ilusión” con la que se está trabajando en las primeras semanas, en las cuales ya se han obtenido “muy buenos resultados”. Cierto es que de momento no ha aparecido ningún fósil humano, pero sí innumerables piezas de industria lítica y restos de fauna de los diferentes periodos.
En este sentido, Bermúdez destaca un punto en concreto, como es la Gran Dolina, donde se está a punto de finalizar el trabajo en el nivel TD10, donde se lleva excavando la friolera de 20 años. Se trata de uno de los niveles más grandes (casi tres metros de altura) y ricos de toda la sierra, lo que ha obligado a los investigadores a ir poco a poco. Ahora mismo, se trabaja en el penúltimo de los subniveles, el cual finalizará previsiblemente esta campaña. Ya el año que viene se intentará afrontar el último subnivel para, a partir de ahí, seguir avanzando hacia abajo en busca del tesoro. Un tesoro que, insiste Bermúdez, está ahí, esperando a ser descubierto.
Todo apunta que en el nivel TD6, donde hace 22 años fueron localizados los restos del Homo Antecessor en un sondeo, es uno de los más ricos de toda la sierra y los investigadores confían en poder obtener respuestas a medio plazo a muchas de las preguntas abiertas desde entonces. “Esperamos que durante 15 años sea un yacimiento muy productivo en fósiles de esta especie que, por otra parte, debemos seguir definiendo”, ya que “según vamos profundizando en su estudio, nos estamos acercando a esa hipótesis que planteamos en 1997, que decía que el Antecessor podía ser el ancestro común de neandertales y poblaciones modernas”, explica Bermúdez de Castro.
Muchas piezas
Eso sí, la riqueza de Atapuerca va mucho más allá de los resultados que se obtengan a medio plazo en la Gran Dolina. Y es que, la sierra es en sí misma un conjunto de piezas que, a medida que se profundiza en su investigación, va cobrando sentido. Para ello es fundamental la investigación en otros ‘puntos calientes’, como Galería o Sima del Elefante.
En el primero de ellos, los esfuerzos se centran en conocer al detalle su estructura geológica y mejorar la comprensión sobre el comportamiento humano y animal en una cavidad convertida en trampa natural durante milenios. De momento, en estas primeras semanas de campaña han aparecido multitud de restos óseos de grandes animales, fundamentalmente de equinos. En la Sima del Elefante, por su parte, se está a un paso de alcanzar el nivel más bajo de todos los yacimientos, que según los cálculos podría tener una cronología de alrededor de 1,4 millones de años, aunque la aparición de fósiles de entidad se antoja cada vez más complicada.
Cueva Mayor
También en la Cueva Mayor, situada en la zona alta de la sierra, se sigue trabajando con mucho interés. Allí, los esfuerzos se dividen en varios frentes, ya que zonas como el Portalón, la Sima de los Huesos y la Galería de las Estatuas continúan arrojando grandes resultados, aunque con cronologías mucho más contemporáneas. En este sentido, el objetivo sigue siendo conocer más en profundidad el hábitat de los neandertales que poblaron dichas cavidades, aunque el propio codirector del Proyecto Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, considera “muy difícil” que aparezcan nuevos restos más allá de la treintena de individuos contabilizados años atrás en la Sima de los Huesos.