Demandafolk celebra su décimo aniversario dándose un homenaje a sí mismo
El Demandafolk regresará a Tolbaños de Arriba los días 5,6 y 7 de agosto para celebrar su décimo aniversario
Todas las bandas participantes ya han pisado el escenario del Demandafolk
Demandafolk cumple 10 años, motivo más que suficiente para celebrarlo. La pequeña localidad de Tolbaños de Arriba, ubicada en el marco incomparable de La Sierra de La Demanda, volverá a convertirse los días 5, 6 y 7 de agosto en el epicentro de la música tradicional no convencional con un festival que a base de esfuerzo, tesón y trabajo se ha convertido en una auténtica referencia en el panorama nacional. Y lo ha hecho, no sólo por la calidad de su propuesta cultural, que también, sino por su filosofía de respeto al medio ambiente y las tradiciones.
El festival volverá a ser gratuito, pero la organización insta a consumir en él para que sea sostenible
Y precisamente de romper algunas tradiciones va este año el asunto. No en vano, por primera vez en su historia, el cartel del festival estará formado íntegramente por grupos que ya han pisado su escenario con anterioridad. “Queríamos que este año fuera especial y pensamos traer a los grupos que más nos habían gustado”, explica César, uno de los organizadores. Para ello, el colectivo llevó a cabo una encuesta de la que salieron los nombres de los siete grupos que se subirán al escenario (Diaplerons d’o lugar, La Tolba, Mayalde, Korrontzi, BOC, El Comando Cucaracha y Titiriteros de Binéfar) los tres días de festival.
La cita, como viene siendo habitual, también estará complementada con un buen número de actividades paralelas, como los talleres de danzas vascas, panderetas y robótica, pasacalles, comidas populares y un largo etcétera que a buen seguro cumplirá las expectativas de los 5.000 asistentes que se prevén. Todos ellos podrán disfrutar de una cita con carácter gratuito pero que, según recuerdan los organizadores “no es gratis”.
No en vano, los artistas participantes cobran, y la organización sólo cubre el 30 por ciento del presupuesto con las subvenciones que recibe. El resto de los ingresos, subrayan, vienen de la venta de merchandising, comida y bebida, por lo que animan a los asistentes a “consumir”, tanto en el festival como en el entorno. A este respecto, desde la organización también se recuerda la imposición de una ‘tasa medioambiental’ a todos los vehículos que accedan al festival con menos de tres ocupantes, los cuales deberán pagar 5 euros por el aparcamiento.
Satisfacción
Con todo, y echando la vista atrás, este décimo aniversario no podría llegar en mejor momento. El festival se ha consagrado y ha conseguido generar a su alrededor una extensa red de colaboraciones que está permitiendo cumplir el objetivo con el que nació, que no es otro que dinamizar el entorno. De hecho, el Demandafolk es hoy en día sólo una de las actividades que se llevan a cabo en esta materia a lo largo del año por parte de los organizadores.